El tibio intento de las marcas: Honda Vultus
Ha pasado más de un siglo del TAC-Wilkinson, más de cuarenta y cinco años del Quasar, casi diez años del Suprine Exodus. Después de tantas décadas demostrando que el concepto FF puede ser, al menos, tan válido como el de la motocicleta convencional, ni una sola marca de motos actual ha fabricado algo que cumpla con aquellas normas que escribieron Newell y Creasey a mitades de los setenta: asiento a menos de 500 mm del suelo, respaldo hasta el casco, pies por delante y un carenado protector. En envíos anteriores hemos visto concepts de salón y algunos scooters matriculables que tenían un aire, pero también hubo una moto-moto que se aproximó al concepto: el Honda NM4 Vultus.
Honda NM4 Vultus 750 (2014)
Honda DN-01, 2008 |
Honda CTX-700, 2013 |
En 2013 Honda presentó, muy enfocada al mercado norteamericano, la CTX-700. Era otra extraña custom automática con semicarenado fijo y muchos componentes de la serie NC/Integra 700, sobre todo motor (el mismo 670 cc, aunque con los cilindros inclinados a 60º) cambio automático DCT, llantas, frenos, suspensiones y componentes electrónicos.
Y llegó marzo de 2014. Un año después de esta supongo que agradable, aunque indudablemente sosa custom automática para largas distancias (o, como la quisieron vender, una Gold Wing a menor escala) y utilizando su misma plataforma, llegó un auténtico regalo para la vista, no por bella, sino más bien por sorprendente: la Honda NM4 Vultus.
El F-117 y el Bat-móvil, fuentes claras de inspiración |
El asiento bajo (650 mm) tenía la posibilidad de colocar el del pasajero en varias posturas para efectuar de apoyo lumbar, incluso 25 mm delante-atrás. Los pies iban adelantados, en plataformas. En algunos países se vendió una versión (NM4-02) con dos maletas integradas, aunque de apenas 16 litros cada una. Y sí, como el CTX, utilizaba el motor NC/Integra (aunque la siguiente evolución, de 745 cc y 55 cv a 6.500 rpm) y cambio automático DCT, pero esta vez el chasis era exclusivo, más bajo y largo, además de equipar llantas y neumáticos diferentes (120/70-18 delante y un llamativo por exagerado 200/50-17 detrás, muy ancho y de perfil ultra-bajo).
Además de la versión 'normal' (MN4-01), en algunos países se vendió otra con maletas integradas (MN4-02). En 2016 Honda revisó el modelo, incorporando más colores... y otro silencioso más logrado |
El asiento bajo (pero no por debajo de los 500 mm), el respaldo (pero que no llegaba a la cabeza) y los pies adelantados (como única posición) apoyados en plataformas, la acercaron como ninguna al concepto FF británico, pero como podéis imaginar se quedaba lejos. Eso en cuanto a lo que nos atañe, el FF movement, pero además el comportamiento del NM4 Vultus no era muy logrado, típico de las custom con esos neumáticos desmedidos, esas geometrías de dirección más estéticas que funcionales, y unas suspensiones sencillas y excesivamente recortadas atrás. Además la pantalla no cubría nada, los retrovisores no permitían ver más allá de tus brazos y el suelo, las guanteras delanteras obligaban a apearte para usarlas, el pasajero iba alto, con poco asiento y sin sitio donde agarrarse, el motor estaba falto de unas prestaciones acordes a su estética, y el remate era ese escape que venía directamente de las primeras NC. En la segunda serie, la del 2016, lo mejoraron... con el de las siguientes NC.
Como pasó con la DN-01, el NM4 Vultus no se vendió demasiado, aunque tiene una legión de fans (sobre todo en Japón) que lo adoran por su originalidad, como tener la más extraña de las custom y, encima, automática y no americana. Su fabricación finalizó en 2017.
Como se ha visto, el concepto FF, el evitar la posición de conducción de una bicicleta y adaptar la del coche, con el añadido de ir protegido ante las inclemencias varias que son intrínsecas a la primera, no ha tenido continuidad. Ni a principios del Siglo XX, cuando el Ner-a-Car de 1919-1927 no supo salir de EE.UU. y Reino Unido pese a venderse en cantidades importantes; ni mucho menos cuando en los setenta Malcolm Newell ideó su primer Quasar. A éste apenas siguieron un puñado de aficionados con capacidad de crear sus ideas en garajes y talleres, con la suerte de vivir en países donde poder homologar con facilidad esos aparatos y disfrutarlos en carretera.
Lo concluyente es que ninguna marca, pequeña o de renombre, vanguardista o clásica, se ha atrevido a lanzar un FF auténtico. ¿Miedo a que el público general no la entienda? ¿Miedo al fracaso comercial? ¿Miedo a que el concepto FF no tenga realmente las virtudes que anuncia? ¿Miedo a qué? Porque en los últimos cuatro envíos he enseñado que muchas marcas han demostrado capacidad para atacar nuevos nichos de mercado, con el riesgo de ser un fracaso y perder dinero y prestigio, a las que podríamos añadir una larguísima lista (las rotativas Suzuki RE-5 y Norton 588, BMW K1, H-D VR 1000, Bimota V-due 500 y Mantra 900, Aprilia Moto 6.5, Yamaha Nikken.... y mil más). Así que '¿porqué no una FF?' es, por ahora, una pregunta que no tiene contestación....
... ¿o quizás sí? En 2023 se sabe esto:
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