15 septiembre, 2021

Prueba. 5.000 kms con la Suzuki V-Strom 1050 XT: Lo bueno

Mi admirado Dennis Noyes decía que para que la prueba de una moto se tilde como tal, el autor debe al menos haber hecho 1.000 kms con ella. Si no, para él era una "toma de contacto". Así que como ya he superado con mucho la distancia necesaria con nuestra Suzuki V-Strom 1050 XT, aquí mi "prueba", todo en asfalto, con lo bueno que le he visto y también lo menos bueno, que para eso las marcas no nos subvencionan.

5.000 kms con la Suzuki V-Strom 1050 XT: Lo bueno

Como ya conté en otros envíos, compramos mi mujer Mari Luz y yo la "V" después de probar varias candidatas, visto que era cómoda, moderna en lo necesario, muy probada en lo esencial y con facilidad de recambios en nuestra ciudad... sin contar que su precio encima fue de los más bajos. Sí, no iba a ser lo campera que me hubiera gustado, ni tener la imagen que cientos quieren imitar visto lo que se ve por las carreteras, ni tener varias configuraciones a toque de botón, ni siquiera "tablet" con el que vacilar, pero es grande, cómoda, de consumo correcto y, ante todo, se nota muy segura. Así que fue esa y el tiempo nos ha enseñado alguna de sus virtudes:


-Posición de conducción. Yo mido 1'88 m y, ahora mismo, rondo los 120 kg, por lo que una moto amplia me resultaba primordial. No tuve problemas con la Honda Transalp 650 anterior, pero sí que era más compacta. La "V" es generosa de dimensiones y yo me encuentro la mar de cómodo, incluso después de un viaje todo curvas de 860 kms en tres días, con cuatro horas del tirón mínimo por jornada. Tanto es así que el asiento lo tengo en la posición más baja de las dos (850-870 mm), aunque reconozco que no he probado la posición alta porque hay que desmontar con herramientas ¡con lo fácil que es en otras marcas! Además peca de duro, algo que ampliaré en el apartado "lo menos bueno".

En cuanto al pasajero, mi mujer, con su 1'56 m y 50 kg no se queja de nada. El asiento durillo pero válido. La posición excelente, se ha quejado menos que yo después del tute de un viaje que era para eso, para probar cómo nos íbamos a sentir con ella en largas distancias. Así que para mí, para nosotros, sobresaliente... excepto el asiento.


-Facilidad de conducción. He llevado decenas de motos y he hecho más de 400.000 kms, pero pocas me habían dado la tranquilidad, la confianza, de esta Suzuki en carretera. Si te gustan las curvas, como a mí, puedes tener un problema: ¡las hace demasiado fácil!. Es impertérrita, la rueda delantera va exactamente donde tú piensas, si encuentras una curva que se cierra más de lo esperado no hay susto, corriges y listo, irá donde tú digas. En curvas lentas bien, en curvas rápidas un compás que traza sin correcciones. Lo bueno es que esa tranquilidad se la transmito a mi mujer, que se siente segura vayamos al ritmo que vayamos, algo vital para nosotros.

Todo lo anterior está ayudado por unas suspensiones que, curiosamente, tuve que aflojar un poco pese a mi peso (una linea más de precarga delante, posición estándar la precarga atrás -11 desde flojo, aunque pongo 17 con pasajero y maleta-, hidráulicos según indica Suzuki después de probar a más flojo delante en compresión) y aun así no hacen topes en bañeras ni en fuertes frenadas cargado, además de no darme movimientos "blandos" en lo rápido. Sólo decir que sigue siendo un poco seca en baches de ciudad o en los jodidos "guardias tumbados" de las travesías de pueblo pese a, como digo, mejorar quitando muelle. 

También sobresaliente el tema frenos, con una gran potencia pero muy modulables, eso sí, una vez bajé al máximo el pedal para no tener que levantar tanto el pie para buscarlo. No sé si será influenciado por la IMU y su control "invisible", pero desde luego muy contento con los frenos. Por cierto, excepto en carreteras de curvas yo sólo y a ritmo alto, siempre llevo el ABS en posición 2, la más intrusiva... del que no me he enterado por ahora.


-Motor. Yo siempre he sido de mono y bicilíndricos, lo admito. Los cuatro cilindros son estupendos, sin duda, pero a mí siempre me ha gustado tener "el puño lleno", notar ese poderío a medio régimen que te catapulta hacia delante vayas en la marcha que vayas, esa retención que te ayuda a bordar las curvas cerradas. Y esta Suzuki cumple con mi idea de cómo debe de ser un motor: potencia suficiente, controlable, pero abundante vayas al régimen que vayas. En esta 1050, con mejoras con respecto a la 1000 anterior (ambas de 1.037 cc, pero con distintos parámetros electrónicos, con menos bajos a muy bajo régimen, más estirada y más potencia máxima en la 1050), tienes 106 cv y un abanico de revoluciones amplísimo, pues puedes casi "matarla" a 2.500 rpm y luego llevarla a 9.000 rpm sin tirones bruscos, sin agresividad, pero imponiendo un poderío considerable. En curvas que antes eran de segunda-tercera, ahora con la "V" segunda y a imaginar que es monomarcha, lo admite sin problemas. Lo mismo con carreteras de tercera-cuarta, pon tercera y olvídate del cambio. Sí, sin duda a algunos que vienen de bicilíndricos todavía más grandes y potentes este 1050 les parecerá soso, pero por experiencia sé que esta no cansa lo más mínimo por más curvas y curvas y curvas que hagas... y encima no te enemista con tu pareja.

Gran parte de ese tacto viene, sin duda, del acelerador electrónico. Se puede regular en tres posiciones para hacerlo más o menos directo, sin perder potencia de motor. Yo al final siempre voy en el modo C, el más suave, y con el B cuando ruedo sólo en carreteras retorcidas a ritmo, para que me ayude a levantar la moto en curvas. El A lo he probado alguna vez, pero me parece innecesariamente brusco. Otra de las grandes virtudes de su electrónica viene del asistente de salida, que nota que estás soltando el embrague en primera y acelera lo justo el motor para que nunca se te cale, cosa que no me ha pasado ni una vez desde que la tengo... y que viene muy bien cuando visitas algunos cascos antiguos bien empinados. También, aunque no entre en este apartado, nombrar el freno en pendiente, que bloquea el trasero cuando estás en subida con una marcha puesta y el embrague accionado. Un conjunto que ayuda y mucho en algunos momentos cargado al máximo y con una buena rampa frente a ti.


-Protección de la pantalla. A ver, aquí mi opinión debe "cogerse con pinzas", porque desde el principio no voy de serie. La moto salió de la tienda con derivabrisas laterales Givi y nada más llegar a casa le coloqué el spoiler Puig que Mari Luz me regaló para la Transalp. Sin él he rodado un par de veces y creo que con la pantalla arriba del todo la cosa es más o menos igual. Lo que ocurre es que con el spoiler puedo llevar la pantalla abajo del todo y regularlo en inclinación para encontrar la mejor protección, que creo he encontrado porque a velocidades de crucero por autovía vamos cómodos los dos. Sí, no es una BMW RT pero mejor que muchas. Eso sí, que la pantalla no se pueda regular en marcha hace que sea cansado hacer pruebas... y al final la dejas como está.


-Y otras cosillas... En mi caso por suerte todavía no he probado la utilidad de la defensa tubular inferior, de serie en la XT, pero los comentarios en los foros -y algunas pruebas de periodistas- hablan de que aguanta muy bien en caídas. Toquemos madera...
El soporte del GPS o móvil que hay encima del panel es, a juicio de amigos que sí gastan (no es mi caso), muy bueno. Y encima con toma usb para poder cargarlo al lado.
Allí donde voy nadie habla mal de la estética, se le suele halagar bastante, por lo menos con mi colores "Marlboro"... y yo tampoco lo haré, que por eso tuve una DR 750 Big y su imagen me encanta.


Bueno, aquí las virtudes que le he visto a mi Suzuki V-Strom 1050 XT en 5.000 kms. Pero antes de que los señores japoneses comiencen a sentirse ufanos con mis comentarios y con ganas de enviarme un buen jamón, aviso: también va a haber un "lo menos bueno", que podréis leer aquí:


Miguel





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