21 enero, 2017

Voromv Moto. MOTOS FEAS... ¡¡¡MUY FEAS!!! 2- Harley-Davidson VR 1000

MOTOS FEAS ¡¡¡MUY FEAS!!!

Como se suele decir, el gusto es como el culete, cada uno tiene el suyo. Está claro que algunos tienen un sentido de la estética muy refinado... y otros nada de nada. Por eso algunos 'no rodarían con esa moto ni pagándoles' y otros no dudan en 'decorar' la suya con los objetos y colores más horrendos. El crimen es cuando ese atropello al buen gusto no lo hace un aficionado contra su moto, sino que es la propia marca la que lo lleva a cabo, y más si es una empresa con una reputación contrastada de elegancia en sus productos.

Así que voy a hablaros durante unos capítulos sobre motos de los ochenta para acá -lo que yo más conozco- consideradas en su momento como un auténtico horror. No voy a poner las que se unieron a lo de moda en ese tiempo por formas y/o colores y hoy se ven totalmente demodé (todavía me duelen los ojos de algunas motos de pinturas 'ácidas' de los 90, sobre todo Suzukis), sino las 'matriculables' (no preparaciones, prototipos o concepts de exposición) que nada más presentarse en los salones se llevaron el premio limón a lo menos agraciado. Como, por ejemplo, ésta: 

2- Harley-Davidson VR 1000 (1994)


En una cosa Voro y yo no nos ponemos de acuerdo: a mí hay varias Harley-Davidson que, estéticamente, me parecen bonitas, incluso muy bonitas (aquí algunas apariciones de H-D en Voromv.com). Otra cosa es que pasado unos segundos me ocurre como con los olores o, en el caso de las motos, con su estructura: mis ojos se acostumbran a tanto brillo y relumbrón, y empieza el Miguel "aprendiz de ingeniero" a ver basculantes con el eje de rueda más alto que el eje del chasis, motores inmensos con cárteres separados, fallos graves de refrigeración en el escape trasero, geometrías de chasis ilógicas, medidas de ruedas sin sentido, frenos escasos per se... Vamos, que se apartan tanto de lo que la física dice debe tener una moto para funcionar bien, que hace que no desee una H-D (o cualquier otra custom) más que para mirarla un rato. Ahora, esto es mi opinión, puedo entender que haya mucho motero que disfruta horrores con su Custom... y no voy a ser yo el que diga lo contrario.

"Lucifer's Hammer". Principios de los 80
Vale. Muchas son bonitas. Pero hoy os traigo una auténtica Harley-Davidson fabricada en Milwakuee, Wisconsin, EE.UU., nada de algunas raras preparaciones. No, no hablo de la Martillo de Lucifer o de la 'dirt track réplica' XG 750 R, sino de una moto que nació medio muerta... y acabó casi peor. 

Todo empezó cuando en H-D decidieron volver a competir en asfalto y con ello dar una imagen distinta que permitiría introducir un nuevo motor. Sería un V-2, pero cuatro válvulas, refrigerado por agua y con el cambio integrado en el cárter motor. Vamos, un motor "normal" en el resto del panorama motociclista, algo que ya lo intentaron casi una década antes con la Alternativa Pinehurst. Para su evolución, en 1988 decidieron hacer algo nunca visto en la marca: desarrollarlo en carreras, acoplado a una moto totalmente nueva y diseñada únicamente para competir, sin utilizar componentes de las motos en producción. 


El proyecto se planteó como algo "absolutamente USA". El motor se encargó a los especialistas de Roush Racing, con el ingeniero Steve Scheibe a la cabeza, quien no dudó en hacer un V-2 (por supuesto) pero a 60º (45º en las H-D, 90º en las Ducati), con cuatro válvulas por cilindro, refrigeración líquida, inyección electrónica, cárter común para motor y cambio, embrague en seco... pero sólo cinco marchas (¿¿??). El chasis corrió a cargo de Mike Eatough, quien había participado en la construcción de las Armstrong de 250. Las suspensiones eran Penske y los frenos Wilwood, con llamativas pinzas de seis pistones. Corría el año 1988 cuando comenzó el proyecto VR 1000



VR 1000 AMA SBK. Principios de los 90. Naranja por un lado... 
El problema es que tardaron mucho en poner la moto en pista. Debido a tensiones internas en Harley-Davidson, pasaron nada menos que ¡cinco años! hasta que comenzó a rodar. Las primeras pruebas se iniciaron en la primavera de 1993, y en ese tiempo su rival más directa (por tipo de motor), Ducati, había evolucionado mucho sus 851 y ya estaban en las 888... de las que incluso habían versiones "SP" carreras-cliente, réplicas de las de competición. Cuando apareció la VR 1000 en las 200 Millas de Daytona de 1994, su primera carrera, se vio que con los 150 cv que habían conseguido en 1990-1991 hubieran sido competitivos... pero no años más tarde. La moto, pese al esfuerzo (con contrato millonario incluido) de Miguel Duhamel, se demostró muy lenta en Daytona y, peor todavía, frágil, algo que casi ofendió más a todos con los meses que habían pasado desde su diseño. La moto siguió corriendo hasta nada menos que 2001, pero la verdad es que excepto un par de victorias la moto jamás fue más competitiva que cualquier 750 japonesa de cuatro cilindros privada con algo de preparación, y siempre estuvo a un mundo de las Ducati que ya rodaban con las 916 y luego evolucionaron a las 996.

... ¡¡¡y negra por el otro!!! Para acabar de rematar un diseño horrible ¿O se podía todavía hacer peor?
Pero bueno, aquí hoy hablamos de estética y de motos de calle. Como podéis ver la moto de carreras era un horror, parecía un prototipo hecho por aficionados. El motor tenía un acabado tosco. El chasis parecía hecho por un herrero utilizando vigas industriales. El depósito tenía un poco agraciado aspecto de taba. Y luego estaba el semicarenado ¡¡¡que feo!!!. No tenía ninguna lógica hacerlo corto; aerodinámicamente no era bueno; no favorecía la evacuación de calor y encima perjudicaba la estabilidad. ¡Ah! Y para acabar de "mejorarlo" la pintaron como El Martillo de Lucifer de los 70, mitad de moto naranja, mitad negra y una raya blanca separando los colores, su librea de carreras.... pero no la parte de arriba de un color y la de abajo de otro, no ¡¡¡hablamos de cada lado!!!


Se podía: ¿Hay que homologarla para la calle? Pues nada, piezas custom y de tienda de recambios ¡y listo!
Si pensabais que eso era malo... todavía hubo algo peor. Para poder correr en el AMA SBK, Harley-Davidson debía poner a la venta 50 motos homologadas para rodar por la calle. El problema estaba en que, para una tirada tan corta, en H-D pensaron que no era necesario "pulir" la estética ni complicarse demasiado para hacerla válida para calle. A la moto de carreras le pusieron portamatrículas, intermitentes, retrovisores, velocímetro y luces de las que tenían en los almacenes (vamos, de motos custom) ¡¡¡y las homologaron en Polonia!!! En las normas del AMA (la asociación americana de motociclismo) decía que la moto tenía que estar homologada... pero no en qué país. 

Ya podéis ver las fotos: un auténtico HORROR con mayúsculas, sobre todo ese engendro de faro delantero redondo "encastrado" en el interior de una burbuja plástica, indigno de los años 70, muchísimo menos veinte años después. Hasta los carenados que la Guardia Civil de Tráfico llevó en sus Sanglas 400 tenían más estilo... 

Carenado "no oficial" de Sanglas. Corrían los 70. Veinte años después H-D no supo hacerlo mejor... 


Para acabar de evidenciarlo más, pensad que, en ese mismo 1994, Ducati había presentado la 916, una de las motos más bonitas de la historia, con lo cual la horrenda estética de la H-D quedaba más patente si cabe. En fin, que por suerte las Harley-Davidson VR 1000 ni las vimos ni las veremos por las calles. Yo sí vi una, hace muchos años, expuesta en un bar que la revista Solo Moto tuvo en la misma plaza del Ayuntamiento de Valencia, pero era decorado, no una moto 'rodante'. Una moto difícil de ver, pero no por breve... ¡¡¡sino por fea!!!


Año 1994. Dos bicilíndricas superdeportivas se presentan en las revistas. Arriba la estilizada, bellísima Ducati 916. Abajo la Harley-Davidson VR 1000. Creo que no hace falta añadir nada más...



Artículo revisado en ortografía, estructura y fotografías en junio de 2023.



Sigue aquí: 

3- Morbidelli V-8 850







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