Cuando escribí sobre la Montesa Impala-2 175, me referí a mi búsqueda de moto cuando me saqué el carnet A-2 (hoy en día A a secas). La Montesa era mi primer objetivo... pero el segundo, la moto que me tenía robado el corazón y era asequible a mi bolsillo de segunda mano (ya estaban a la venta unos años) era la Honda XL 200 R.
Realmente, la única que sí se ajustaba a mi bolsillo era aquella XL 125 con dos amortiguadores súmamente inclinados que fue de las primeras en venir oficialmente a España cuando la marca compró Montesa... pero por estética, por el Pro-Link y por motor, la 200 le ganaba por goleada.
Aquella pequeña Honda tenía, para mí, un estilo "XR" (que no venían a nuestro mercado) que me tenía prendado. Eso sí, en color rojo y asiento negro, colores de cross, y no la blanca-azul que salió posteriormente, que cromáticamente no me gustaba nada. Y tampoco me gustaba su hermana la XL 200 P-D con su enorme depósito con colores del equipo oficial del Dakar.
No. Para mí era la roja. Simple, económica, y una trail para perderme por cualquier sitio. Una idea que tenía que haber puesto en práctica ya entonces y no haber comprado una (queridísima, eso sí) Vespa 200. Mi vida hubiera sido, seguro, muy diferente...
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