19 diciembre, 2010

Voromv moto. Sueños de adolescente: Puch Cobra M-82

Ponte en situación: nací en 1967, por lo que cuando compré mi primera revista de motos en 1981 yo tenía catorce años. Cuando compré mi primera moto “de verdad”, una Suzuki GS 500 E (después de un Vespino y una Vespa), ya tenía veintidós. Y durante esos años hubieron una serie de motos que por un motivo u otro marcaron mis sueños de adolescente, unos realizables, otros totalmente inalcanzables. Y esta es una de ellas:

PUCH Cobra 75 M-82 (Realizable)
Jordi Monjonell, piloto oficial Puch, con el prototipo "Cobra M-82" que hizo campeona de España
Cuando vi las primeras fotos de los prototipos oficiales de competición, y luego la versión de calle de la Puch Cobra 75 “Monjonell 82”, quedé absolutamente prendado de ella: alta, hermosa, llamativa… muy diferente a la anterior Cobra que parecía la Minicross 50.



Imaginaos los cálculos, las cuentas que hice esperando los dieciséis años para poderme sacar el A-1 (entonces para 75cc) y soñando con rodar por todo tipo de terrenos con mi M-82. Ni siquiera el que mi vecino Domin hubiera 
conseguido una espectacular Derbi TT-8 me quitaba de la cabeza la amarilla.



Pasó el tiempo, y ni había dinero para el carnet, ni para la moto. Para mi desesperación, los hispano-austriacos sacaron una versión mejorada con freno de disco y culata refrigerada por agua… el morirse de gusto.



Y si alguna vez tenía alguna duda, solo tenía que pensar en una Cobra Blanco, realizada artesanalmente en un taller particular, con preparación máxima (¡hasta llevaba amortiguador progresivo!) y una estética que me quitaba la respiración.


Al final, ya podéis imaginar cómo terminó todo: pasaron los años, pasó el momento de la Puch Cobra M-82, y con más edad comencé a pensar en motos más grandes… pero todavía me acuerdo de mi sueño amarillo.




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