¿Una custom distinta, deportiva, con motor V-2 pero tecnológicamente avanzado? ¿Con suspensiones y frenos sport, con apenas 200 kg declarados? Pues sí... y si te digo que lleva disco delantero perimetral a la llanta, seguro que ya sabes qué marca es capaz de plantearla: con vosotros la futura (se anuncia para 2025)
Buell Super Cruiser 1190 RSD, con el mismísimo Roland Sands involucrado en ella.
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| Buell RR 1000 Battletwin, con motor H-D. 1985 |
Que la marca
Buell siempre ha sido una
rara avis, un verso suelto en un mercado tan particular como el norteamericano, creo que todos lo tenemos claro. Cuando Erik Buell creó la marca venía del departamento de competición de Harley Davidson, donde trabajó con la llamativa
Martillo de Lucifer (Lucifer's hammer) de velocidad. Consiguió motores H-D y lanzó al mercado con su apellido en el depósito una serie de motos,
digamos, curiosas, con la palma en sus últimas 'de aire', con chasis doble cuna en aluminio haciendo de depósito de gasolina, el basculante de depósito de aceite, tapas transparentes para ver la admisión, distancias entre ejes mínimas y su icónico disco de freno delantero perimetral. Luego quisieron evolucionar usando motores foráneos a H-D, la marca del águila los despachó y durante las últimas dos décadas van volviendo y saliendo de ventas, ya con Erik fuera de la empresa. En 2021 llegó su actual 'renacimiento', con la dirección de Bill Melvin y la fabricación en Grand Rapids, Michigan.
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| Victory-Indian Pikes Peak 2015 por RSD |
Ahora viajemos a la costa norteamericana del Pacífico. En la soleada California
Roland Sands, patrón de RSD, crea todo tipo de motos preparadas, desde custom a deportivas, de motos de velocidad a dirt-track. Tan buenos son que hay marcas que les encargan diseños y prototipos de futuros proyectos o motos de competición (
BMW,
Indian o
Yamaha son unas de las muchas), además de particulares ¡
e incluso fuerzas policiales!. Por tanto, después de un algo dubitativo reinicio de Buell, presentando el año pasado dos motos
un tanto 'difíciles', han decidido contar con el californiano para crear una moto distinta a lo que ellos han hecho hasta ahora, incluso distinto a lo que se ha visto en otras marcas: una custom... pero muy, muy deportiva.
El estilo de la Costa Oeste
Un simple boceto de Roland Sands sirvió para convencer al CEO de Buell, Bill Melvin. Usando el motor 1190 V-2 a 72º refrigerado por agua, que puede rendir 185 cv, Sands se encontró libre de compromisos 'custom' al ser compacto, ligero y moderno. Equipado con un escape SC Project, la potencia se queda en 175 cv, aunque el par motor sube a 138 Nm... mucho sin duda para este tipo de motocicletas, que anuncia una velocidad máxima de ¡250 km/h!, algo que se complementa con el peso declarado de 202 kg a falta de llenar el depósito (unos 20 kg menos que las actuales H-D Sporster 'de agua').
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Poderoso motor twin V-2 de 175 cv, chasis minimalista, horquilla deportiva,
neumáticos anchos... y el clásico disco perimetral. Toda una Buell |
Para aguantar tanto músculo, la parte ciclo deberá estar a la altura, y en ello tampoco han escatimado. El chasis es un multitubular que utiliza el propulsor como elemento portante, por lo que los tubos son finos pero el conjunto rígido. El basculante es el visto en las Buell SX deportivas, aunque adaptado al nuevo chasis. Las llantas, ambas de 17", provienen de la deportiva Hammerhead y equipan neumáticos deportivos Dunlop 120/70-17 y 190/50-17. La horquilla es invertida y multiregulable, agarrada por un par de tijas de triple apriete y con un ángulo de dirección más próximo a una deportiva que a una custom, sin duda. El amortiguador trasero, anclado directamente al basculante cantilever, también tiene todo tipo de regulación. Por último no podemos obviar el siempre llamativo disco de freno delantero perimetral, que llega a los 386 mm de diámetro, y que es mordido por una espectacular pinza de ocho pistones. Como no es obligatorio en EE.UU., no equipa ABS ni control de tracción... habrá que estar muy fuerte para querer domesticar a esta bestia que, dicen, podrá rodar sin complejos en circuito.
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| Para el prototipo se han utilizado componentes que habían en las estanterías... como el pequeño display con el antiguo nombre EBR (Erik Buell Racing) |
Como podéis ver en las fotos, a falta de revelar los modelos finales en algo más de un año, la moto tiene un aire de custom 'deportiva', de
cruiser con componentes de competición... como las motos del llamativo campeonato '
king of the Baggers', pero sin el enorme carenado frontal ni los (falsos) maletones laterales. Una moto 'malota', con la que podrás ir a una concentración custom sin miedo a que te la quemen, pero que además tiene genes para no quedar la última en tus puertos de montaña favoritos. Como he comentado antes, la moto presentada no lleva control de tracción, ni ABS, y su motor actualmente no cumple la Euro5 (menos con ese silencioso), por lo que para llegar al mercado europeo debería sufrir una serie de cambios en ese sentido. Aun así, si quieres hacerte con una, en Buell ya aceptan pedidos con una señal de apenas 50 dólares USA... aunque ármate de paciencia, pues se espera su comercialización para 2025.
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| Roland Sands posa con su creación para Buell... orgullo bien merecido |
Ya dije hace un año, cuando presentaron esa para mí ilógica
Super Touring 1190 y la menos homologable
Baja DR 1190, que con ellas lo tendrían difícil. Una por ser
lo de siempre pero 'tuneada por tu cuñao' para viajar. La otra por la imposibilidad de usarla más allá de los arenales californianos (175 cv en off-road y una distancia entre ejes de 1.780 mm). Pero esta
Super Cruiser 1190 sí la veo vendible, algo distinto pero que puede atraer a un gran número de motoristas que busquen algo distinto pero utilizable. Como las
Arch de Keanu Reeves o las propias preparaciones
RSD de Roland Sands... pero sin duda mucho menos onerosas. Casi dos años de espera puede ser poco o mucho, pero espero que para 2025 en Buell Motorcycles logren una senda de ventas que les lleve al éxito.
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