Algunas motos de los 80 y 90 que marcaron el rumbo.
3- Naked: bicilíndricas de mas de 750cc
Ducati Monster 900 (1993)
Después de un lustro donde las motos carenadas marcaban el ritmo, volvió una "ola" de motos sin carenado, sobre todo inspiradas en motos de los setenta, con la gama Zephyr de Kawasaki como avanzadilla. Pero de pronto llegó desde Italia la Ducati Monster 900... roja y oro, ligera a la vista, proporcionada como ninguna, mezclando clasicismo y modernidad, con detalles mínimos pero trabajados como sólo el artista Miguel Ángel Galluzzi podía ingeniar. Se inspiró en una Ducati 851 sin carenado y con ese chasis y un motor 900 de aire comenzó a trabajar en ella, a escondidas, en el taller de plancha de aluminio. Chasis moderno, motor clásico. Suspensiones modernas, faro clásico. Frenos y ruedas modernas, carrocería clásica. Una serie de uniones entre lo mas inspirador del pasado y lo mas actual del momento. Un acierto absoluto. Una belleza que sigue entre nosotros casi tres décadas después, inspirando a decenas de diseñadores y enamorando miles de corazones moteros.
Miguel Ángel Galluzzi y su Ducati Monster 900 en 1993 |
BMW R 850 R y R 1100 R (1994)
En 1993 BMW presentó la R 1100 RS, con -por fin- su nuevo motor bóxer "para el Siglo XXI"... un motor que tenía que haber salido a principios de los años ochenta, pero debido a problemas internos tuvieron que sacar antes la serie K. Una vez la división motorrad (motocicletas) asentada, se volvió al clásico motor BMW: el bóxer. Éste ya era totalmente tecnológico, pero no dejaba de lado su espíritu, por lo que la refrigeración por aire, el embrague monodisco entre motor y cambio o el cardan estaban ahí. El resto era totalmente nuevo: cuatro válvulas por cilindro, árbol de levas en culata, inyección electrónica, cigüeñal con dos apoyos, cardan Paralever... distinto a todos sus rivales, pero mirándolos de tú a tú.
Si el motor fue novedoso, mucho mas lo fue la parte ciclo. De entrada, como vimos en la serie K, el propulsor hacía funciones portantes, por lo que el chasis apenas contaba con un pequeño entramado superior. Delante sorprendieron con la suspensión-dirección Telelever, que no fue la primera "alternativa" de serie (antes estuvieron las Bimota Tesi D1 y la Yamaha GTS 1000 Omega), pero sí la que se ha prolongado hasta nuestros días gracias a su sensibilidad y control de las frenadas. Quizás en la primera moto con esta base, la R 1100 RS de 1993, fallaron en algunos detalles de diseño (sobre todo el anclaje de las barras-tija superior-manillares), pero en las GS -trail-, RT -turismo- y R -naked- lo mejoraron sobremanera... tanto que durante décadas ha sido un sistema que ha superado a muchas horquillas convencionales.
En este envío me voy a referir a la naked, la gama R. En sí fue una sorpresa, porque se presentó junto a la trail, siendo además un "mix" de piezas en las que algunas veces acertaron y en otras... pues menos. El asiento "silla de montar" provenía de la RT, que saldría al mercado en 1995, y contaba con la novedad de ser regulable en tres posiciones. La posición de conducción también estaba extrapolada de la touring, así como recorridos de suspensión o ruedas. El motor 1100 era el de la GS, con algo menos de potencia (80cv a 6.750rpm contra 90cv a 7.250rpm) pero mas elástico (97Nm a 5.250rpm contra 95Nm a 5.500rpm), con su particular escape elevado "trailero". También en este modelo debutó el motor 850, que reducía su diámetro manteniendo la carrera (87'5 x 70'5 mm, 848cc; contra 99 x 70'5mm, 1.085cc) y que se demostró todavía mas cómodo de llevar al "cocear" menos a bajo régimen, con menores vibraciones y un mejor consumo. Su potencia disminuyó a 73cv a 6.750rpm, con un par motor de 77Nm a 5.600rpm.
La R 850 R se convirtió en la "puerta de acceso" a BMW para el que quería algo mas que las monocilíndricas F 650 una vez descatalogada la K75. Sí, su estética era bastante particular, con ese faro delantero pequeño y "colgante", con su cuadro reducido a apenas un reloj, el depósito grande, el asiento amplio y el escape alto. Pero a sus propietarios los enamoró con un mantenimiento muy bajo, una comodidad para piloto y pasajero elevada y una facilidad de conducción encomiable, siempre que tuvieras claro que era una moto "tranquila". Además sus propietarios podían vacilar de la inyección (que tímidamente iba llegando a las japonesas), del ABS (opcional en la 850), o del catálogo de opciones que tenía (maletas, relojes "satélite", pantallas, puños calefactables, defensas...). Y el que consideraba que le faltaba motor... pues ahí estaba la 1100. Además un par de años después se modificaron el faro (mas grande) y los relojes (mas y con mas información), todo cromado, además de tener opción de llantas de radios o deportivas y colores mas elegantes. Una moto que convenció a mucho urbanita que no quería dejar de tener una muy buena moto para el fin de semana o viajes.
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