10- La "prueba del litro"... con una Bultaco 370
Supongo que vosotros habréis hecho cosas, digamos, “extrañas” con vuestras motos. No sé, como hacer trial con un Vespino, rodar en Calafat con una Vespa 200 “buscando una vuelta buena”, intentar subir una cuesta llena de piedras con una Suzuki GS 500, ir a tu boda con una Yamaha TDM 850, rodar en un circuito de motocross con una BMW RT de turismo, salir con RR’s con una Honda XR 600 con neumáticos de tacos… y ganarles… No sé, cosas así.
Bueno, pues yo he hecho todo eso y algunas más, pero la mejor de todas, la que más aplausos levantó (había público), fue participar en la “prueba del litro” con una sedienta Bultaco Frontera Mk11 370.
Mi hijo Rubén con la Bultaco "de carreras". Si os fijáis en el guardabarros "Drogas NO" ¡¡¡mi patrocinador favorito!!! |
La cosa fue así: En el año 2001 se organizó en pleno verano una reunión de motos clásicas en la Alameda de Valencia, donde además se organizaba un par de mangas de “prueba del litro”. Para los que no sepáis en que consiste, es fácil: a tu moto le colocas un depósito exterior bien visible (normalmente una botella de plástico de agua mineral, unida al carburador por un largo macarrón… aunque algunos “profesionales” llevan unas obras verdaderamente buenas) donde la organización te coloca una medida de combustible, que puede oscilar en un litro para pruebas “largas” o medio para pruebas más cortas. Luego, todas las motos –o en varias categorías según su cilindrada- se presentan en la parrilla de salida de una pista cerrada al tráfico (en mi caso, un par de rectas paralelas unidas por dos curvas de 180º), y salen a la vez. El que gana, claro, es el que recorre más distancia con la misma gasolina. Por supuesto, depende de la moto, pero también, y mucho, del peso y “arte con el gas” del piloto.
Bueno, pues ese año era la primera vez que acudía a ver el evento, y lo hice con mi Bultaco Frontera Mk11 370. No es que estuviera muy bien restaurada (más bien poco) pero al ser en su momento un modelo muy popular (y divertido) hacía que mucha gente la mirara recordando viejas batallas. Cuando comenzaron a solicitar inscripciones para la “prueba del litro” yo me arrimé a apuntarme, pero negaron mi participación “con esa moto, tan poco lógica
para eso”. La verdad es que me quedé muy jodido, porque uno más no hubiera molestado, y yo quería “perder” las 500pts (3€) que costaba. Me tuve que conformar con ver participar a un par de amigos… ggrrrrr….
Una de tantas "pruebas del litro", ésta en Castellón. No, no salgo yo, pero es para que veáis lo "complejo" de los sistemas de almacenar combustible :-D |
Ya os podéis imaginar el momento. Ayudado por mi amiguete Samuel (un crack de la restauración en Valencia) conseguí “acoplar” una botella de agua al manillar, pegamos con un mechero un macarrón al tapón, me coloqué el dorsal… y a parrilla. Ahí cometí dos errores:
-Mi primer error fue el salir el último. Claro, como yo lo que no quería era molestar (la prueba era puntuable para un “triangular” Benisa-Castellón-Valencia) pensé que detrás no incordiaría. El problema fue que a mi 370 le insinué la 1ª y 2ª, coloqué 3ª… y comencé a pasar motos en la recta como si estuvieran paradas. Y en las curvas no os digo nada… pie al suelo, estribera rozando el asfalto, y un paso rapidísimo. Hasta cuatro motos podían caer de una tacada. Vamos, que yo no quería molestar, y va y resulta que estaba todo lleno de “chicanes móviles” rodando a ritmo de ralentí alto… La gente me aplaudía a rabiar, sobre todo en las curvas, y muchos me pedían caballitos y derrapadas ¡qué afición!
-Mi segundo fallo fue más tonto. De repente la moto empezó a quedarse “seca”. Un vistazo rápido a la botella-depósito y veo que está prácticamente con la misma gasolina que al inicio… pero mirando bien veo que se estaba “chupando” ¡joder, si no le hecho un agujero para que entrara aire! Paré, cogí el alambre con el que apretaba el canuto que recogía los vapores del tapón del depósito, le hice un agujero a mi botella de agua, cogió aire…. y arrancó a la primera. Marchas y ¡a correr!
Bueno, pues no sé si fue por esa parada, pero vi que las dos 350 iban quedándose en la cuneta… sobre todo la que más gozo me dio fue el de la Crono, con un motor similar al mío, al que alcancé con mi paso de curva “a lo supermotard” un par de veces, obligándole a acelerar fuerte en las rectas… y consumiendo más, claro. Así que yo fui el orgulloso tercer abandono… pero no el primero. Y seguro que hice bastantes más metros que ellos.
Y es que era una simple participación en una prueba deportiva en la que intentaba no quedar el último… pero para ello hay que vencer mínimo a un rival… ¿no?
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