Miré un día la fecha del carnet de conducir, y me di cuenta que hace más -mucho más- de veinticinco años que aprobé el permiso importante, "el de moto", el A (en aquella época, A2). Así que me he propuesto daros un poco la brasa y contaros manías y anécdotas que me han ocurrido durante este tiempo. ¿Hasta cuando? No lo sé, según me vaya acordando (algo difícil con este cerebro cada día más reblandecido que tengo)... o cuando digáis basta.
88- "La V": aumentando la carga con maletas laterales. 1- Eligiendo marca... por los anclajes
En Pascua fuimos Mari Luz y yo a pasar unos días por la provincia de Madrid, donde, entre otras cosas, visitamos el Museo de la moto 'Made in Spain' de Alcalá de Henares. Elegimos el coche porque amenazaba mal tiempo y podía ser bastante engorroso cargar equipamiento y ropa de abrigo en el top-case de 45 litros que llevamos en 'la V'. El verano pasado, en nuestro primer viaje con la 1050, vimos que da bastante de sí, pero en invierno, si hay que llevar zapatos gruesos, chaquetas abrigadas y demás ropa 'civil', se queda justo. Algo a lo que le di bastantes vueltas en el viaje de ida, cuando el sol entraba por el parabrisas del Volkswagen con alegría pese a ser mediados de abril, y más vueltas mientras paseábamos por Alcalá y Aranjuez con un sol y calor primaveral fantástico 😬 y nosotros en coche 😬 . Así que en la vuelta, además de pensar en las magníficas motos y las bellas localidades que vimos, me planteé instalar maletas laterales en 'la V'. Si volvíamos a viajar en coche, que fuera por comodidad, no por necesidad.
El primer punto a elegir era simple: ¿aluminio o plástico?. Aunque reconozco que las de aluminio suelen ser bastante más robustas ante caídas y 'amigos de lo ajeno', además de tener un look más acorde a una trail, no soy muy partidario de ellas. Quizás sea por los miles de kms. que he hecho en BMW RT (gracias Juan... como nos acordamos de tu 1150 ¿verdad?) me han dado la confianza necesaria en 'el plástico'. Quizás por el excesivo precio en comparación, algo importante porque nadie me las iba a regalar y el dinero cuesta de ganar. Y también por los anclajes, que suelen ser más robustos y aparatosos en las 'blindadas'. Además, ya tenía el top-case plástico y no iba a invertir en otro de aluminio 'para hacer juego'.
Entonces plástico. Lo primero que hice fue descartar las maletas originales Suzuki, algo que me apetecía porque la 1050 XT lleva los anclajes para ellas integrados, por lo que la limpieza de lineas se mantenía. Pero no sólo son algo breves de tamaño (29 y 26 litros según el lado), es que además se iban a nada menos que ¡960 euros!. Tocaba pasar...
Los anclajes de 'aro rectangular' suelen ser aparatosos (aquí Shad 4P) |
Tanto en Givi como en Shad me encontré con una situación parecida: unos anclajes más robustos para las maletas de aluminio, y otros distintos para las maletas plásticas. Para las últimas, en los italianos tenemos el típico 'rectángulo tubular' que aprovecha más espacio al introducirse levemente por debajo del asiento, y que además tiene un kit para poder desmontarlo parcialmente de forma rápida... pero que no sé si vale para la XT. Desde luego pinta resistente tiene, con sus rectángulos de soporte cerrados, unidos por detrás de la matrícula con una barra. Eso sí, requieren un montaje complejo, o más bien tedioso, según las instrucciones que puedes ver en su web, obligando a soltar estriberas de pasajero, modificar levemente la posición del silencioso o cambiar el anclaje de la matrícula.
Sencillo anclaje 'tres puntos' (3P) de Shad |
"A de Plata" ...y qué maletas pusimos... sigue aquí:
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