Miré un día la fecha del carnet de conducir, y me di cuenta que hace más -mucho más- de veinticinco años que aprobé el permiso importante, "el de moto", el A (en aquella época, A2). Así que me he propuesto daros un poco la brasa y contaros manías y anécdotas que me han ocurrido durante este tiempo. ¿Hasta cuando? No lo sé, según me vaya acordando (algo difícil con este cerebro cada día más reblandecido que tengo)... o cuando digáis basta.
81- El primer viaje de la "V"... y de Mari Luz. (y III) Hagámoslo todavía un poquito más largo...
Día 2. Alcañiz-Teruel-Cuenca (317 kms). Esas bellas carreteras nacionales del interior...
El agradable desayuno mañanero se alargó un poco más de la cuenta y, al final, salíamos a carretera más tarde de lo que planeamos, las 10 y 20, algo poco conveniente cuando se trata de la jornada más larga. Cogimos la N-420, otra bella carretera que permite buen ritmo (en moto) y que encima se disfruta (en moto) gracias a su trazado, en algunos puntos bastante exigente y divertido (en moto, claro). El problema volvió a ser el frío y la lluvia, que volvió a aparecer. La temperatura por suerte rondaba los 20º, pero el agua nos cayó dos veces, la segunda más intensa, cosa fatal con nuestros trajes de verano. Lo bueno es que duró poco, cogí temperatura -Mari Luz, detrás mío, lo padeció menos- en una gasolinera donde paramos a repostar (376 kms desde Valencia, con un magnífico 5'07 l/100 kms de media) y pudimos volver a disfrutar del trazado hasta Teruel.
En las proximidades de la capital turolense pasamos por encima de la autovía A-23, entramos en la antigua N-234 y, para nosotros, comenzaba lo mejor: el bello eje Teruel-Cuenca. Lo iniciamos entrando en la N-330, que es lenta, algo estrecha y con más circulación, por lo menos cerca de Teruel, de lo que esperábamos... pero es una preciosidad, incrustada entre árboles y montañas, siempre verde, con un joven río Turia asomando a veces por nuestra izquierda. Por cierto, bastante marrón, signo claro que la lluvia nos había respetado cayendo el día antes. La verdad es que es encantador atravesar esos pequeños pueblos, con tanta vida por las calles y el disfrutar entre sus bosques, donde hicimos la única parada con fotos... no nos hemos lucido en ello, la verdad.
Una vez entramos en el extraño caso de Rincón de Ademuz (una comarca de la Comunidad Valenciana entre las Comunidades de Aragón y Castilla-La Mancha), la carretera cambia de denominación y vuelve a ser la N-420, la misma que nos llevó desde Alcañiz a Teruel. La N-420 es una de las carreteras nacionales más largas de España (808 kms) y sigue el trazado de la antigua calzada romana que unía Corduba (Córdoba) con Tarraco (Tarragona). Volvimos a ella con el remodelado, largo (más de 11 kms) y alto (de 760 a 1300 m) puerto del Hontanar, que la "V" se zampó como una campeona mientras a vehículos de todo pelaje se les veía bastante más desfallecientes. Luego entramos en su trazado más normal una vez dentro de provincia de Cuenca y su impresionante serranía, volviendo a disfrutar ambos de unas trazadas fantásticas, unas vistas bellas y una paz interior que alegra el alma. Visto que no íbamos a poder comer en Cuenca (eran las dos y nos faltaban cincuenta kilómetros), paramos en un bar de carretera y al final llegamos a destino, el casco antiguo de la capital conquense, a las cuatro y poco. Fueron seis horas y 317 kms. Los traseros acusaron un poco la tirada, pero los cuerpos seguían sorprendentemente enteros... así que a pasear por la zona de la catedral, sus angostas calles y sus casas colgadas (que no colgantes, como nos explicaron bien) hasta las tantas.
Día 3. Cuenca-Ademuz-Valencia (257 kms). ¿Pero no querías volver por ahí...?
Los "ojos de la Mora" (Cuenca) |
Puente de Santa Cruz de Moya. Fotografía de Alfredo Sánchez Garzón (puedes verla en tamaño original en Wikipedia, pinchando aquí) |
El objetivo se había cumplido, Habíamos podido dormir fuera de casa, pero cerca de ella. Habíamos hecho muchas horas encima de la moto, casi quince para 863 kms, de los cuales no llegaron a 80 de autovía. Habíamos llegado con los traseros como único lugar de cansancio, el resto relax y con fuerzas para mucho más. La moto se había comportado de modo impecable, sin un susto, sin una colada, sin un mal movimiento, sin topes. El consumo también muy bien, salió en el cálculo total 5'13 l/100 kms en 859 kms controlados. Y lo mejor, Mari Luz encantada, con ganas de más. Sin ningún tipo de duda repetiremos esto y viajes más largos, más complejos. Sí, amigo lector, para muchos esto es un "viajecito", lo que algunos hacen en un día y siguen con más, pero para nosotros y la "V" éste fue el primero... y había que contarlo.
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