19 diciembre, 2021

CON EL "A DE PLATA" EN EL BOLSILLO. 82- La búsqueda del puente de Impecune

Miré un día la fecha del carnet de conducir, y me di cuenta que hace más -mucho más- de veinticinco años que aprobé el permiso importante, "el de moto", el A (en aquella época, A2). Así que me he propuesto daros un poco la brasa y contaros manías y anécdotas que me han ocurrido durante este tiempo. ¿Hasta cuando? No lo sé, según me vaya acordando (algo difícil con este cerebro cada día más reblandecido que tengo)... o cuando digáis basta.

82- La búsqueda del puente de Impecune
El último fin de semana de noviembre fuimos mi Mari Luz y yo a buscar el puente de Impecune. Un pequeño detalle dedicado a un hombre fabuloso.

Mi estimado suegro Manuel estaba enfermo, y en noviembre las cosas empeoraron. Él siempre nos animaba a continuar, a progresar, por lo que intentábamos mi mujer y yo hacer vida de una forma lo más cercano a lo normal. Y entre ello entraba salir en moto. Así que el último fin de semana preparé una ruta cercana, otro de esos bucles que se pueden hacer desde Valencia capital y que, de nuevo, te llevan a parajes distintos. Pero me planteé un objetivo: había que pasar por el puente sobre el río Cànyoles en la entrada a la localidad de Manuel, cerca de Xàtiva. 


El inicio de la ruta fue por autovía para acortar tiempos y dejar minutos 'a lo importante'. Así que del tirón fuimos a Tavernes de la Valldigna. Seguimos por la CV-50 hasta desviarnos en la CV-600 hacia Simat de la Valldigna y luego atacar el tortuoso puerto de la CV-675 que nos lleva a Barx. Ahí comenzamos la parte aventurera al coger la pista de tierra de 9 kms que se inicia desde la Nevera y nos llevó hasta Pinet. Por suerte el terreno estaba seco (bueno, un buen charco sí tuvimos que sortear), aunque el inicio, con sol de cara y bastante grava en los regueros, me hizo tomarlo con calma.





De Barx (que, por cierto, tenía un bar-terraza bien llena de moteros tanto asfálticos como todo-terreneros) fuimos a Lluxent por la CV-608, donde cogimos la CV-610 hasta Benigánim, parando a repostar. Luego la CV-612 nos llevó al Pantano de Bellús, donde cayeron las fotos de rigor, y de ahí a subir el clásico puerto de la N-340 en dirección a Xàtiva, donde dimos un par de vueltas por sus calles.



De la antigua Saetabis pasamos a la búsqueda del objetivo del viaje: el puente que cruza el río Cànyoles a la entrada de Manuel, situado en la CV-41. El porqué es simple: el ingeniero que dirigió su construcción fue mi suegro. Así que buscamos un emplazamiento donde hacer unas fotos y se las envié. "Sí, ese es el puente sobre el Cáñoles, en cuya construcción pasó todos los calores del mundo el abajo firmante" fue parte de su contestación. Después continuamos ruta ya hacia el norte, hacia casa, pero no por ello buscando aburridas autovías. En Alzira paramos a tomar un chocolate caliente (no pasamos de los 10-12º y apetecía, la verdad), luego seguimos por la CV-42 hasta Almusafes, pero esquivamos la aburrrida AP-7 para atacar la antigua incorporación que llevaba a la Pista de Silla y la entonces famosa travesía que bordeaba el pueblo. Al llegar a casa la V tenía otros 180 kms más y nosotros felices por partida doble, de disfrutar de nuestra moto y de enviarle el guiño a mi suegro.



Por desgracia, Manuel, mi apreciado Impecune, nos dejó una semana después. Sí, podría escribir un millón de cosas de él, de su carácter siempre generoso, de su asombrosa capacidad de absorber conocimiento, de su inteligencia nunca pavoneada. Pero prefiero hacerlo así, con un sencillo artículo de una salida, como a él, creo, le hubiera gustado. Buen viaje Manuel.




 

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