Miré un día la fecha del carnet de conducir, y me di cuenta que hace más -mucho más- de veinticinco años que aprobé el permiso importante, "el de moto", el A (en aquella época, A2). Así que me he propuesto daros un poco la brasa y contaros manías y anécdotas que me han ocurrido durante este tiempo. ¿Hasta cuando? No lo sé, según me vaya acordando (algo difícil con este cerebro cada día más reblandecido que tengo)... o cuando digáis basta.
79- El primer viaje de la "V"... y de Mari Luz. (I) Los obligatorios pasos previos
Después de mucho probar, de mucho analizar, por fin nos decidimos a finales del 2020 y compramos la "V", nuestra Suzuki V-Strom 1050 XT. La recogimos en este enero y hasta abril estuvimos saliendo con asiduidad, disfrutando de moto nueva. Pero llegaban las oposiciones de Mari Luz y, sencillamente, había que priorizar el estudio... y con ello dejar las salidas para más adelante. Así que excepto una que hice en solitario en junio, el resto fue centrarse en lo importante, preparar los exámenes.
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Eduardo, Fran, Ramón, Mari Luz, Susana, Mauri, Ròbert, Quiles... un clásico la foto en el Embalse de Benagéber |
Llegó julio, pasó la oposición y, por fin, tuvimos tiempo para seguir disfrutando de la "V". El problema es que en ese mes en Valencia (y en casi toda España) ya ha empezado el calor de verdad, sin bajar de los 25º y a veces más de 40º, aderezado con la alta humedad de esta zona. Tuve que hacer un recado de unos 90 kms con la moto a 42º y fue un infierno, que superé gracias al traje de verano. Y eso es lo que le faltaba a Mari Luz, un equipamiento agujereado que le permitiera salir sin cocerse como un huevo, algo que ya "disfrutó" hace dos años con la Transalp y que, con lógica, no quería repetir. Nuestro fallo estuvo en no ser previsores y encargar el equipamiento antes de verano -para ambos, mi traje ya tiene más de once años y necesita cambio- y tocó esperar a que en Motorraiz, la tienda donde compramos últimamente, pudieran conseguir el material a tiempo para poder llevar a cabo el viaje que teníamos previsto. Por suerte el equipo de Mari Luz llegó antes de final de julio y a mí los pantalones, que enganchaban con mi sufrida chaqueta vieja. Había equipamiento y, para estrenarlo, concerté una salida con mi hermano que se convirtió en nueve participantes, donde Ròbert y yo repetimos aquella foto de 1991.
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Cuando treinta años no son nada... |
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Diga lo que diga la DGT, los intercomunicadores mejoran más la seguridad que la perjudican |
Bueno, el equipamiento ya estaba, los intercomunicadores quedaba claro que son una maravilla (pese a lo que diga la DGT, mucho más seguros para los motoristas, que ya no tienen que estar con gestos, miradas y paradas para intentar entenderse) y teníamos unos días para poder viajar más allá de una salida mañanera, para nuestro primer viaje largo con la "V"... y el primero para Mari Luz, que recuerdo es debutante en esto del motociclismo. Ahora tocaba prepararlo... y salir.
Planteando...
El planteamiento era dormir dos noches fuera y hacer la ruta lo más larga posible... y para ello contábamos con las carreteras que nos gustan a los dos, las de curvas. Con ellas un viaje de 300 kms se convertía en cuatro o cinco horas sin problemas, además que las rutas sinuosas siempre cansan más que las seguras y aburridas autovías. En cuanto a "sólo" dos noches fuera era porque teníamos otro viaje pendiente con el coche, y había que repartir el presupuesto. Un problema de salud familiar, que aconsejaba que estuviéramos relativamente cerca por si tocaba hacer un retorno exprés, nos acabó de confirmar la idea que teníamos: Valencia-Barracas-Morella, Morella-Teruel-Cuenca, Cuenca-Ademuz-Valencia, unos 800 kms de curvas y más curvas, y siempre a unos 200 kms de casa.
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Google Maps y Street View, mis grandes ayudas |
Ese fue el planteamiento inicial, pero luego tocaba buscar alojamientos. En Cuenca no íbamos a tener problemas, además donde queríamos, en el casco antiguo cerca de la Catedral. Pero Morella fue imposible, todo lleno los días que nos planteábamos. Así que buscamos una alternativa más alejada y fue Alcañiz, donde el Parador tenía plazas y a un precio muy correcto ¡a darnos el capricho! Replanteé un poco la ruta, lo estudié todo bien con Google Maps y su Street View, papel y boli, y lista la ruta... cosas de que no me gusten los GPS, sigo siendo de mapa, hoja con anotaciones y leer las indicaciones en la carretera. También hubo que plantear muy bien qué íbamos a llevar en la maleta y la sobre-depósito, pues no queríamos comprar maletas -que son nada baratas- sin antes saber si nos iba a gustar viajar lejos o no. Con todo ya listo... ¡empezaba el viaje!
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