A ver, que levante la mano el que no ha cogido alguna vez un ciclomotor, o un pequeño scooter, o alguna motillo de poca cilindrada y, sin ser motos de montaña, se ha metido 'campo a través', a hacer pistas, a atravesar un riachuelo o al 'por aquí subo'. Con esas motos ligeras, sencillas, fáciles, se gozaba gracias su falta de motor, o de frenos, o de suspensiones... o de todo a la vez. Sí, divertido a más no poder el decir 'me voy a dar una vuelta' (cuando no 'déjamela para dar una vuelta') y volver con un montón de polvo, barro o ambos tanto en moto como en piloto... y, en ocasiones, algún arañazo.
Bueno, pues todo esto yo sí lo he hecho. Vespino, Vespa (todavía recuerdo el burbujeo del escape bajo el agua), Suzuki GS 500, Yamaha TDM 850, BMW R 850 R (¡en el Endupark de Aras de los Olmos!)... y unas cuantas más que me dejaron -y no reconoceré haber maltratado- sufrieron mis ganas de aventura, de valor, de inconsciencia y rodé con ellas 'fuera de lo negro'. Porque antiguamente, cuando nació el motociclismo, era así, no habían carreteras asfaltadas, no habían motos especializadas... eras tú y tu moto en cualquier situación, en cualquier reto, en cualquier aventura, tanto fácil como complicada. La esencia del 'todo uso', la mismísima esencia del trail, no ha necesitado nunca ni lo más actual, ni lo más colorido, sólo ganas de intentar llegar al destino.
Honda CT 125: contigo al fin del mundo... y luego la vuelta
Honda CT 125 2023
Color verde militar...
Esta larga introducción la he escrito porque, sencillamente, eso es lo que me ha inspirado cuando he visto las fotos de este simpático Honda CT 125. Se trata de una reencarnación del CT 90 que debutó en ¡1966!, una variante del millonario en ventas Cub (CT: Cub Trail), pero puesto al día con la remodelación del Super Cub 125 en 2019.
Por tanto nos encontramos con un motor de 124 cc 'carrera larga' (50 x 63 mm), inyección, refrigerado por aire, árbol de levas en cabeza y dos válvulas que, lógicamente, no destaca por su potencia: 8,7 CV y 11 Nm, un 'cavallo' menos que el Super Cub, posiblemente por su escape 'bufanda' alto, pero que seguro habrá servido para rellenar la curva de potencia.
... o en color camel, a tu gusto
Como el Super Cub, el CT 125 utiliza un cambio de cuatro velocidades con embrague automático: no llevas maneta, utiliza un embrague centrífugo para las salidas y otro convencional que accionas, sin darte cuenta, en los primeros milímetros de pisar la palanca de cambios con punta-tacón. El desarrollo final del cambio es un poco más corto al llevar una corona con tres dientes más. Eso sí, el CT gana al Super Cub en que tiene no sólo arranque eléctrico, también una práctica palanca que nos puede sacar de un apuro. Se anuncian consumos por debajo de los dos litros a los 100 kms, por lo que tardarás en llenar su depósito de 5'3 litros.
Ciclo: ese toque campero...
En la parte ciclo es donde vemos más diferencias. El chasis sigue siendo de chapa estampada, pero está reforzado, sobre todo en la pipa de dirección, y permite al manillar 45º de giro en cada sentido. Las suspensiones crecen un par de centímetros en ambos ejes, ahora sobre los 110 mm, pero siguen siendo sencillas: horquilla convencional delante (con barras protegidas con fuelles), dos amortiguadores (regulables en precarga) atrás. También mejora la frenada, pues equipa un disco trasero (190 mmø, 220 mmø el delantero) y el ABS, ahora sí, actúa en ambas ruedas. Las llantas siguen siendo de 17", pero equipan radios y neumáticos con dibujo profundo tipo trail, de medidas 80/90-17 en ambas ruedas. El caballete central es de serie, la distancia del motor al suelo es de 165 mm y los guardabarros están fabricados en chapa.
Estética: robusta, sencilla... ¡encantadora!
Todo este conjunto más 'off-on' se complementa con una estética robusta, donde imperan detalles como el manillar ancho, el asiento monoplaza (a 800 mm de altura, 20 mm más que el Super Cub, aunque equipa estriberas para el pasajero al estar homologada para dos), la gran parrilla portabultos o el original 'snake', el tubo de admisión elevado que complementa al escape por su lado contrario. También vemos cubre-cárter y dos defensas que protegerán al motor de más de un golpe. El faro es redondo y con leds, mientras la instrumentación se reduce a un sencillo reloj con indicador digital en el medio. También destacan los robustos intermitentes, cuadrados y sujetos con gomas. Toda la iluminación es led. Para incidir más en su estética 'montañera-agrícola-aventurera' los colores 2023 son mate, un verde cercano al militar y un marrón camel muy agraciado.
Un bombazo... ¿también en España?
El Honda CT 125, en los países que se vende, está causando furor. Esa mezcla de práctico, económico, sencillo de usar y mantener, más las múltiples posibilidades tanto de uso como de personalización, ha llamado mucho la atención del público joven (y no tan joven) de medio mundo. Por suerte ya tiene homologación en Europa, así que esperemos que llegue muy pronto... ¡yo quiero uno!
La esencia del trail, destilada a su más pura esencia...
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