Hoy en día motos tan sencillas ya no se pueden vender en Europa, ni siquiera haciendo 'la trampa' de homologarlas como motos de Enduro. Pero hay países que sí, y no sólo 'del tercer mundo', también de plena primera linea como puede ser Estados Unidos. Y entre ellas está una moto que lleva más de treinta años haciendo felices a pilotos de enduro, de raids de tierra, de rallies de asfalto, de rutas para perderse, incluso para usarla en tu día a día (como hice yo). Hablo, claro, de la Honda XR 650 L, ahora en versión 2022... USA.
Honda XR 650 L 2022 para EE.UU.: cambia el color, de nuevo blanco con toques negros... y listo |
Si has tenido una, inmediatamente que ojees las fotos con detalle vas a descubrir que, prácticamente, es la misma XR 600 R que Honda España trajo a principios de los 90. Ahí está el chasis de tubo de acero que almacena el aceite motor en su parte delantera; el basculante de aluminio impecablemente rectangular que, con bieletas Pro-Link, ataca un monoamortiguador con botella separada; la horquilla convencional de 43 mmø regulable en compresión; el asiento mullido (a unos muy altos 940 mm de altura); el faro cuadrado cubierto por la clásica máscara; el guardabarros delantero tan pulcramente redondeado; el corto guardabarros trasero con el equipo de luces y portamatrículas superior; los sencillos pero efectivos frenos (sin ABS, por supuesto); los cubremanos; las grandes tapas portanúmeros laterales; la bolsa portaherramientas; o el colector de escape doble que corre por el lateral, lo protege la misma chapa y acaba en el mismo grueso, pesado y correcto silencioso.
Entonces ¿es aquella misma XR 600 R que conocimos aquí? Pues no, sobre todo en un punto: el motor. Sí, vemos el mismo cárter que equipa eje de equilibrado y cinco velocidades, vemos el mismo aleteado cilindro, la culata de cuatro válvulas en disposición radial RFVC... pero en esta 650 L proviene de la Dominator, con más cilindrada (644 vs 595 cc), 42 cv, arranque eléctrico y sólo eléctrico, y un carburador de depresión que le quitará la 'mala leche' de aquel divertido tiro directo, pero que la hará más utilizable en el resto de usos. La instalación eléctrica ahora es bastante más compleja, con batería (detrás de la tapa lateral izquierda), intermitentes y unas piñas algo más sofisticadas. También diferente es el depósito, ahora metálico y de 10'6 litros (como siempre, algo breve) y que equipa un deflector inferior para ayudar a la refrigeración de la culata. Vemos un reloj velocímetro y luces indicadoras algo más complejo (pero poco), llave de contacto, tapón con cerradura, aditamientos de seguridad pasiva, unos grandes retrovisores y estriberas desmontables para el pasajero. El peso, con tanto complemento, se va a los 157 kg con los llenos hechos, unos 20 kg más que la original 600.
La opinión del que tuvo una 600 R
Como podéis imaginar, a mí, que tuve una, me ha entrado una morriña tremenda de los sitios y gente que me hizo conocer y tratar. Me ha recordado su simpleza (ahora no tanta, pero menor que las actuales), su ligereza (idem), su facilidad para hacer curvas, su disposición para meterse por los sitios más difíciles, su aspecto malote en los semáforos de la ciudad. Una moto que quise mucho y que me hizo feliz sin pedir poco más que neumáticos, cadenas, aceite y pegatinas para el imposible depósito de lupolén. Pero aquello fue otro tiempo, se podía rodar por montaña, se podía disfrutar de un sencillo monocilíndrico que pulsaba bajo tuyo con sus ruidos y sus toses. Ahora son otros tiempos en Europa, sí, pero la Honda XR 650 L se resiste a morir en otras tierras... porque quizás no debería hacerlo nunca.
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