Un Gran Premio muy intenso, por muchas y variadas razones, aunque me atrevería a destacar dos. En primer lugar, como no podía ser de otra forma, por la victoria de Marc Márquez, que pone fin a una pesadilla que claramente ve su final. Parece que poco a poco, nuestro campeón va cogiendo el tono físico, y su enorme talento ha salido a relucir en uno de sus escenarios favoritos, donde no da opción a nadie desde hace años.
En segundo lugar hablamos de un piloto diferente que hace cosas que no hace nadie, y que en cada carrera da a entender que la categoría, moto y resto de pilotos, están muy por debajo de su nivel. Pedro Acosta, nos hace soñar, cada vez que lo vemos pilotar. Solo muy pocos, a lo largo de la historia, han mostrado un diferencial tan grande. ¿Será Pedro una leyenda, que estamos viendo crecer?
Voro
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