Estrenas tu moto nueva... y te encuentras con la primera dificultad ¡hay que hacerle el rodaje a la moto! Sí, te han dicho que hagas tantos kilómetros sin pasar de tantas revoluciones el motor pero ¿y qué más? ¿para qué el rodaje? ¿y dónde lo hago? Bueno, pues intentemos explicarlo:
¿Sólo el motor? Pues no, muchos componentes más hay que rodarlos. Muchos tenemos claro, porque igual ya tuvimos otra moto y nos advirtieron, que los neumáticos hay que quitarles la capa inicial, muy resbaladiza, y que discos de freno y pastillas también hay que rodarlos con suavidad. Pero además está la caja de cambios, el embrague, la transmisión, rodamientos, cables... todo necesita una temperatura correcta de funcionamiento y un accionamiento repetido pero sin grandes exigencias.
¿Dónde? Mejor que no sea en autovía. Ahí apenas rodamos el motor en régimen muy mantenido, lo que no es lo idóneo, y la marcha más larga. Embrague, cables, suspensiones o rodamientos necesitan algo más de uso. Y los frenos son sometidos a largas deceleraciones a alta velocidad, algo tampoco muy recomendable al principio. Así que si se puede, lo menos posible de autovía.
En ciudad tenemos el problema que los trayectos suelen ser cortos, por lo que es posible que el motor y otros componentes no alcancen la temperatura óptima de funcionamiento. Pero también puede ocurrir que hayan picos de alta temperatura en los atascos. Lo bueno es que frenos, suspensiones y algo de neumáticos ruedas, además de que con bajas aceleraciones y deceleraciones tanto motor como frenos no padecen demasiado.
Así que sólo queda un sitio ideal: carreteras de curvas, justo donde se suele disfrutar más una moto. Eso si, con un comportamiento suave, muy suave: frenadas largas con poca presión, aperturas de gas parciales usando mucho el cambio, cuidado con las zonas bacheadas, tumbadas que no comprometan al neumático. Ahí sí rodaréis el embrague y el cambio, los rodamientos y casquillos de suspensiones y ruedas, y el abrir-cerrar-abrir del acelerador, sin aperturas mantenidas, también lo agradecerá el motor a la larga.
¿Cómo? Como he dicho, la moto en general requiere ser suave con ella durante unos pocos centenares de kilómetros y siempre con todo el conjunto en temperatura. En cuanto al propulsor, que es siempre "lo que se mira", pues respetando lo que dice el fabricante, que es el que mejor conoce su producto. Pero sin agobiarse: no es malo pasar el motor un poco más de vueltas de lo indicado si las marchas son cortas o es en bajada, pues el motor no tiene grandes cargas parciales. Lo peor siempre es llevarlo muy bajo de vueltas y abrir mucho el gas. Podéis imaginar a un ciclista un día frío y sin calentar intentando subir una cuesta con un desarrollo muy largo ¡pobres rodillas!. Sin embargo, con un desarrollo corto igual va en "molinillo", pero no somete a grandes presiones a las articulaciones de sus piernas. Pues con el motor lo mismo, si llevas un cuarto o un medio de gas y en segunda o tercera te pasas un poco de vueltas y poco tiempo, no es grave. Tampoco si en una bajada pronunciada el motor va más allá de lo que recomienda el fabricante para el rodaje. Eso sí, siempre de manera puntual, que esto es como el vino, un poquito es hasta sano, pero mucho...
El toque final. Hemos sido cuidadosos con el gas, suave con las curvas y siempre después de alcanzar una temperatura general correcta. Hemos cumplido lo indicado de revoluciones máximas y kilómetros a recorrer sin sobrepasarlas. También hemos estado al tanto del nivel de aceite del motor, pues es normal que un propulsor tarde unos cuantos miles de kms. en asentarse bien por dentro y puede consumir el lubricante algo más de la cuenta. Pues ahora toca cumplir también con rigor el último paso: la revisión mecánica en el taller. Ahí cambiarán aceite y filtro, donde deben haber quedado todas esas rugosidades del principio. También revisarán holguras, tornillos, pérdidas de fluidos... todo bien ¡pues a disfrutar de tu moto nueva y correctamente rodada! Eso sí, si esperas un poco más, si sigues con suavidad unos centenares de kms, la moto quedará perfecta. Así que paciencia, el disfrute está cerca.
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