Motor: Viejo conocido
El motor, como digo, es un viejo conocido (en las Dominator de 1988 ya tenía 644cc, pero en 400-500-600cc ya existía en motos como XL 600 R de 1984, XBR 500 de 1985 o XL 600 LM de 1986). Tiene un cilindro refrigerado por aire con ayuda de un radiador de aceite, un árbol de levas y cuatro válvulas por cilindro. Es de cárter seco, tiene cinco velocidades y arranque eléctrico (no lleva palanca auxiliar). Para poderse homologar en Europa equipa inyección electrónica Delphi, catalizador y rebaja su potencia a 40cv a 6.000rpm (llegó a dar, con carburadores y "sin filtros" 45cv). El escape va por encima del cárter y acaba, también alto, en dos silenciosos por el lado izquierdo. Si en China lo han copiado bien, es un motor muy robusto y fiable.
Ciclo: algo nuevo, algo clásico
El bastidor también tiene pinta de estar inspirado directamente de la Honda Dominator 650... lo que no es nada malo. Es la primera Mash con suspensión trasera monoamortiguador, llevando delante una horquilla de tipo convencional. La frenada debe ser bastante buena viendo que el disco de 320mmø es mordido por una pinza de cuatro pistones y anclaje radial.
Lo que no acabo de entender es la medida de llantas, con diámetros de 17" y bastante anchas, al estilo supermotard. De acuerdo que en Francia fue donde triunfó la categoría SM, pero con ese aspecto tan setentero no me acaban de convencer, parece una Yamaha XT 500 de 1977 con llantas supermoto. ¡Con lo bien que le quedaría unas altas y finas tipo enduro!
Estética: XT fever
Y es que esas llantas y neumáticos (similares a los Pirelli Scorpion STR) chocan y mucho con el bellísimo aspecto llegado directamente de finales de los 70 que gasta esta Mash X-Ride Classic 650. El depósito, con 12 litros de capacidad, es en forma de gota y tiene un bello tapón tipo Monza ligeramente ladeado a la derecha. El asiento (a 860mm del suelo) es bastante plano y debajo de él unas tapas laterales con porta-dorsales ovalados. El faro, aunque esconde tecnología led (como el resto de las luces) es grande y redondo. Una parrilla portabultos atrás facilitará el uso de bolsas o baúles. El reloj marca en grande las revoluciones (sin zona roja y unos muy optimistas 12.000rpm de máximo) y dentro tiene un pequeño display con velocidad, odómetro, marcha engranada y nivel de combustible. La decoración está claramente inspirada en la Ducati Scrambler Desert Sled 800, y a su vez a la Yamaha XT 500 de 1976, con bastidor y motor en negro, fibras en blanco con ribetes rojos y negros y las llantas en dorado. El peso declarado es algo elevado, 169 kg en seco.
Yamaha XT 500 1978 |
Para mí bonita a rabiar pero ¿porqué esas llantas SM? Mal que hubieran sido de 19"-17" en una moto con un aspecto tan montañero, pero con estas anchas de 17" para mí, peor, pues pierde casi por completo la posibilidad de disfrutarla por caminos de tierra que no sean planos. Quedo a la espera de una segunda versión con 21"-18", que sería lo suyo. El precio, si ronda el de la Dirt Track 650 (5.600 euros), puede ser la llave de su éxito, porque la estética la tiene sin duda.
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