06 abril, 2017

Voromv Moto. MOTOS FEAS... ¡¡¡MUY FEAS!!! 14- Shifty-Fiat 900

MOTOS FEAS ¡¡¡MUY FEAS!!!

Como se suele decir, el gusto es como el culete, cada uno tiene el suyo. Está claro que algunos tienen un sentido de la estética muy refinado... y otros nada de nada. Por eso algunos 'no rodarían con esa moto ni pagándoles' y otros no dudan en 'decorar' la suya con los objetos y colores más horrendos. El crimen es cuando ese atropello al buen gusto no lo hace un aficionado contra su moto, sino que es la propia marca la que lo lleva a cabo, y más si es una empresa con una reputación contrastada de elegancia en sus productos.

Así que voy a hablaros durante unos capítulos sobre motos de los ochenta para acá -lo que yo más conozco- consideradas en su momento como un auténtico horror. No voy a poner las que se unieron a lo de moda en ese tiempo por formas y/o colores y hoy se ven totalmente demodé (todavía me duelen los ojos de algunas motos de pinturas 'ácidas' de los 90, sobre todo Suzukis), sino las 'matriculables' (no preparaciones, prototipos o concepts de exposición) que nada más presentarse en los salones se llevaron el premio limón a lo menos agraciado. Como, por ejemplo, ésta: 

14- Shifty-Fiat 900 (1977)


En uno de los envíos anteriores veíamos las producciones del señor Münch, pero no ahondé demasiado en el porqué de hacer algo así. Bien, tened en cuenta que estamos en la década de los 70 y Honda vende la primera cuatro cilindros de gran serie, la CB 750, como si fuera la única moto en el mundo... todos los motoristas querían una "Four". Sí, estaban las MV Agusta de 350, 500 y pronto la 750 América, pero eran motos carísimas, de alto mantenimiento y, la verdad, con las carencias europeas (fiabilidad mecánica y eléctrica) de las que prescindían las realizaciones japonesas.

Así que tenemos una necesidad imperiosa de comprar algo. Y ya sabéis que eso hace que los que ven negocio agudicen el ingenio. Los grandes fabricantes europeos no podían hacer otra cosa que dejarse llevar por la inercia y seguir con su producción de monos, bicilíndricas y algunas tricilíndricas. Pero ¿y si tú no tienes una marca y te la inventas? ¡Pues que ya no tienes que agradar a una horda de seguidores!. Algo así es lo que debió pensar el italiano Hugo Grandis cuando volvió a su país, después de trabajar unos años en Sudáfrica, en la marca Chrysler: vio que en Europa había hambre de moto de cuatro cilindros, y decidió fabricarla. 


La parte superior, desnuda. Chasis tubular rodeando motor, carburador y
electrónica. Sobre él los relojes del 127 y, bajo el asiento, el depósito del
500. Recambio fácil de encontrar en cualquier concesionario Fiat...
El tema de conseguir un motor tetracilíndrico no fue complicado. Tal como hizo Münch, miró donde era el motor normal: en el sector del automóvil. Claro, él no miró a Alemania sino que buscó en su Italia. Y pensando que su moto debía ser ante todo económica... miró hacia el Fiat 127. Así en 1977 nacía la Shifty 900. 

El motor era un modesto 903 cc, carrera larga (65x68 mm), dos válvulas, árbol de levas en el cárter (OHV), alimentado por el clásico carburador Weber de la época, y con una baja compresión de 9'1:1, por lo que podía gastar gasolina "normal" (91 Octanos), la más barata. Rendía unos modestos 45 cv a 5.600 rpm, pero si podía con el peso de un coche, os imaginaréis que iba sobrado con los 270 kg declarados de la moto. Por cierto, este motor se vio mucho en España, pues propulsaba a los Seat 127 (claro), el Panda y el primer Ibiza 900.

El motor era abrazado por un chasis de tubos de acero, una caja multitubular superior rodeando el motor y el carburador superior, y una doble cuna inferior sujetando el propulsor. Uno de estos brazos era desmontable para poder sacar el motor con facilidad. Delante llevaba la típica horquilla italiana Ceriani y el par de discos Brembo con pinzas de doble pistón opuesto que montaban las motos 'gordas' italianas. Detrás llevaba dos amortiguadores y las medidas de neumáticos también eran las típicas de Benellis, Laverdas y Moto-Guzzis. Nada de inventos.



Cambio automovilístico en H, que hay que mover en dos direcciones
Si hablamos de aprovechar lo que había en el mercado, hay que recalcar que de Fiat no sólo utilizó el motor: el depósito de 21 litros (debajo del asiento) venía del 500, y el cuadro de relojes (sobre la carcasa que hace de falso depósito) del 127. El problema fue que Grandis tuvo que utilizar también la caja de cambios -cuatro velocidades- del coche, y con dos palancas para el pie izquierdo era muy difícil hacer la "H" típica de los turismos. Versiones siguientes utilizaron un motor eléctrico para liberar el esfuerzo de elegir en que lado de la H querías cambiar... vamos, un engorro. La transmisión secundaría no era mucho mejor pues, para lograr que fuera por una más económica cadena, necesitaba un conjunto de piñones intermedios desde la salida del diferencial.


La moto, como podéis entender, no era ninguna maravilla: pesada, ancha de motor, lenta, con cambio "particular"... pero tampoco era mala. El centro de gravedad estaba bastante bajo, el motor era muy suave y capaz, y todo era material muy muy probado. Así que se dejaba llevar con soltura, no era cara de mantener y nada daba problemas graves. Según las crónicas de los periodistas de la época, iba mucho mejor de lo que su aspecto presagiaba. Porque mala no sería... pero fea, un rato. Se notaba claramente que estaba hecha 'a retales' y que su estética no se cuidó nada. Funcional y punto. Hugo Grandis vendió unas setenta unidades entre 1977 y 1982, lo que no se puede decir que fuera una mala cifra para un Fiat 127 con dos ruedas...





Artículo revisado en ortografía, estructura y fotografías en julio de 2023.



Sigue aquí: 

15- Vyrus 984 c3 2V / Bimota Tesi 2D







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