51- Volar (aunque sea bajito)
Repasando algunos de mis envíos (¡ya más de 2000! quien lo hubiera dicho) he encontrado éste. Lo publiqué hoy hace justo cinco años, cuando la Garbí era todavía "la Gordi" (Suzuki DR 750 S Big), cuando las caídas dolían menos. Aun así, nada más terminar de leerlo lo tuve claro "esto tendría que estar en "con el A de Plata". Y aquí lo tenéis:
Volar (aunque sea bajito) -12/10/11-
El sábado volví a volar. Bajito, eso sí, nunca me he atrevido a hacerlo muy alto.
Es curioso pensar que cuando comencé con catorce años a comprar revistas de motos, lo primero fue un MotoVerde, de aquellos con pocas fotos en blanco y negro, y mucha letra. Yo quería correr Enduro como Carlos Mas, quería correr Cross como Randy Muñoz, quería participar en el Paris-Dakar como Juan Porcar.
De una Puch Cobra 75 pasé a soñar con una Gilera Arizona 200, una Honda Dominator 650, una BMW R 100 GS… Pero cuando pude pasar de mi humilde Vespa 200 DN a una moto-moto compré, por una simple e importante cuestión de dinero, una Suzuki GS 500 E que sólo me dio alegrías y me alejó del campo… Intenté no perder ilusión por lo marrón rodando con (ya entonces) viejas Montesa Cappra y H6, con las que aprendí a volar. Bajito pero volar, algo que no sentiría en asfalto. Y me rompí el escafoides, una lesión que luego volvería…
De ahí, asfalto total. Buenos compañeros de ruta, pero todos por lo negro, y yo con ellos. Una Yamaha TDM 850, una BMW K 75, una R 850… todo carretera.
Un buen día tuve la suerte de que mi amigo LionHeart me regaló su Bultaco Frontera Mk11 370. Muchas horas invertidas en ella, mías y de buenos camaradas como ManoloMk10, ArroyOssa o Voro. Y sin apenas entrenar, sin apenas darme cuenta, con treinta y tres años comienzo a competir en Cross-Clásicas: entrenamientos cronometrados, parrillas de salida, las carreras… y sobre todo el magnífico ambiente que teníamos. Y volar, mucho volar, aunque fuera bajito.
Estaba en mi segunda temporada cuando volvió el escafoides izquierdo, lesionado diez años antes. Una operación complicada, muchos meses de escayola, muchos más de rehabilitación. Los médicos decían que me olvidara de las motos. Y un año de mucho padecer después, el bueno de Rafa me dejó dar una vuelta con su Maico MX 250. Nervios, ilusión. Unos saltos, un poco de vuelo, bajito. Me esforcé y salvé la muñeca… y con ella mi afición.
De ahí, asfalto total. Buenos compañeros de ruta, pero todos por lo negro, y yo con ellos. Una Yamaha TDM 850, una BMW K 75, una R 850… todo carretera.
Un buen día tuve la suerte de que mi amigo LionHeart me regaló su Bultaco Frontera Mk11 370. Muchas horas invertidas en ella, mías y de buenos camaradas como ManoloMk10, ArroyOssa o Voro. Y sin apenas entrenar, sin apenas darme cuenta, con treinta y tres años comienzo a competir en Cross-Clásicas: entrenamientos cronometrados, parrillas de salida, las carreras… y sobre todo el magnífico ambiente que teníamos. Y volar, mucho volar, aunque fuera bajito.
Sin posibilidades económicas de seguir corriendo, escapo hacia delante y vendo las dos motos para comprar la Honda XR 600. Con ella por fin llega el marrón intenso, las pistas, los vadeos, las subidas. Pruebo otras motos camperas. Pero apenas ruedo en circuito de cross, apenas salto. Y bajito, siempre bajito.
Este último año ha sido el de la Suzuki Big 750 y sus veinte años a cuestas. El saltar ya quedaba en el olvido, pensaba yo. Pero este sábado Paxau me dejó su Honda CRF 450 y volví a saltar. Muy bajito. Y luego me atreví con la Big. Mas vuelo. Y mi alma me dejó claro que veinte años el espíritu sigue intacto, las sensaciones siguen ahí, inmortalizadas con las fotos del gran Pequenyo.
De vez en cuando pruébalo y enriquece tu alma. Vuela, aunque sea bajito. No hace falta mucho más.
"A de plata" sigue aquí:
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