No puedo decir porqué escribí “Endurance, una historia de resistencia”. Sencillamente la idea pasó por mi cabeza, comencé a escribir… y ahí que apareció la novela. Lo que sí que no podía imaginar es que ésta llevaría a otras… y, mucho más importante todavía, haría que mi amigo Voro se decidiera por fin a escribir sus impresionantes “historias del Top Throttle”, y que “las anécdotas de mis amigotes de las motos” esté demostrando una calidad impresionante. Todo ello lo podéis ver en Voromv.com-RELATOS.
Volviendo a “Una historia de resistencia” la verdad es que cuando la escribí, para mí, estaba finalizada. Pero muchos que la leyeron me insistieron en que debía de contar más de nuestro anónimo amigo. Así que unas ideas, unos borradores, y por fin he terminado la continuación. Te aconsejo que, si te apetece, prepares un picoteo, te acomodes bien, leas la primera parte y que te prepares para el relevo final.
ENDURANCE: RELEVO FINAL
1 de 5- Cambio de estrategia
Estoy tumbado en la camilla después de un magnífico masaje de nuestra fisio, Ainara. Me he alimentado e hidratado bien y siento mi cuerpo totalmente relajado. Estoy en una especie de duermevela, noto lo que ocurre a mi alrededor, pero prácticamente duermo.
De repente, algo pasa cerca de mí. Abro los ojos y veo a Jorge, nuestro jefe de equipo, a Paco, nuestro mecánico y a Toño, con el mono de cuero ya puesto (no debe de faltar mucho para que salga a pista) -“Tenemos algo que discutir” dice Jorge. “Hemos estado hablando y, si te animas, vamos a cambiar de estrategia”
Cuando planteamos los objetivos que buscábamos en la prueba, la idea era clara: terminar. Llevamos una buena moto, bien preparada para resistencia, ligera y frugal, pero lenta en aceleración. Nuestro equipo en box ya tiene experiencia en competición, aunque a nivel aficionado. Los pilotos ni somos los que debíamos ni somos punteros. Así que el terminar, sin más aspiración, era el objetivo lógico.
-“Al principio del relevo de Pedro un par de equipos que iban por delante nuestro se han enganchado en un adelantamiento y han caído. Ahora estamos los duodécimos, a apenas una vuelta de los de delante, que es un grupo de tres que van a ritmo de crucero, esperando al final para atacarse” Mientras oigo, mi sopor está desapareciendo a la carrera, noto algo revolverse en mi estómago –“Encima Pedro, pese a que está rodando a su aire, les está recortando. Poco, pero recorta.
Ahora la pregunta es: ¿Tiramos fuerte en estos dos relevos que quedan, para intentar entrar entre los diez primeros o nos conformamos?”
Miro a Toño con el mono puesto, con ojos de piloto de combate, y sé que preguntar es inútil. Él quiere apretar. Todo depende de mí. Pienso un momento, luego hablo:
-“No sé si podré rodar a tope todo el relevo, así que, como soy yo el que tengo que finalizar la prueba, propongo una cosa: si Pedro y Toño logran ponerse en la misma vuelta que nuestro rivales, cuando me toque tiro a muerte. Si estamos a más de una vuelta, rodaré tranquilo sin preocuparme de la clasificación, solo en terminar. ¿De acuerdo? Una rápida mirada cómplice entre Jorge y Toño me confirma antes que digan que sí que, tal como imaginaba, ya suponían mi planteamiento. Y yo tengo claro que vamos a correr en los dos últimos relevos antes del final.
-“No sé si podré rodar a tope todo el relevo, así que, como soy yo el que tengo que finalizar la prueba, propongo una cosa: si Pedro y Toño logran ponerse en la misma vuelta que nuestro rivales, cuando me toque tiro a muerte. Si estamos a más de una vuelta, rodaré tranquilo sin preocuparme de la clasificación, solo en terminar. ¿De acuerdo? Una rápida mirada cómplice entre Jorge y Toño me confirma antes que digan que sí que, tal como imaginaba, ya suponían mi planteamiento. Y yo tengo claro que vamos a correr en los dos últimos relevos antes del final.
Sigue aquí: 2- El mecánico teórico
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