19 agosto, 2010

Voromv Moto. ENDURANCE (Una historia de Resistencia). 4 de 4: La soledad del piloto de resistencia

(Novela)  ENDURANCE (Una historia de Resistencia) 
4 de 4. La soledad del piloto de resistencia
  Mi trenecito se ha desecho. Uno ha entrado en box, otro se ha colado en la salida de la curva tres y ha decidido tomárselo con calma, y el tercero no es capaz de mantener el ritmo, por lo que lo he rebasado enganchándome casi dos vueltas a un piloto-cohete que nos ha pasado como si fuéramos de turismo. Ahora que ruedo solo me doy cuenta de lo cansado y dolorido que estoy. La espalda empieza a molestarme, las muñecas comienzan a no soportar tanta carga, necesito estirar las piernas. Y todavía me queda un buen rato. Necesito alguien que tire de mí... o algo en que pensar.

  Me preguntaba antes qué hago aquí... quizá es un buen momento para plantearse la contestación. He recorrido en moto casi toda Europa y el norte de África. He rodado rápido en todos los puertos de montaña a trescientos kilómetros de mi casa. He competido, a nivel de aficionado, en cross, enduro, rallies y velocidad. En esta prueba llegué a participar, y terminar, dos veces. Y hace cuatro años, acercándome a los cuarenta decidí dejar la competición. Me sentía colmado y me felicitaba a mí mismo de no haber tenido ningún accidente grave.
  Cuando me intentaron convencer mis amigos de salir hoy, la verdad es que estoy dándome cuenta que tenían claro que no se esforzarían mucho. Cinco días para preparar licencia, ajustar el mono, comprar unas botas nuevas y un casco homologado, discutir mucho en casa. Sin pensar, sin planteármelo. Otra vez piloto.

  Atención, pasa algo. Banderas amarillas. Veo unas luces parpadeantes ¿es el coche de seguridad? Y de repente lo veo. Dos, tres, ¿cuatro? motos desperdigadas por la pista.  Paso despacio siguiendo al grupo que llevo delante y veo pilotos por el suelo, alguien corriendo con una camilla. Luces naranjas se reflejan en piezas brillantes... una ambulancia se está acercando a la zona.

No sé cuantas vueltas hemos dado detrás del Safety car. Pasar, ver como atienden a los pilotos, oscuridad. Pasar, ver como retiran motos destruidas, oscuridad. Pasar, ver como limpian la pista, oscuridad. Y mucho pensar.
Para mí, la situación la tengo clara. Del miedo he pasado al disfrute. He dejado de sentirme una molestia y estoy volviendo a disfrutar de la conducción, de la velocidad, del pique sano.
 Estoy bien metido en los cuarenta, pero sigo estando vivo.

  Pista libre. Antes me habían marcado que un par de vueltas y a box. Me siento bien y sé que tengo gasolina para otra más. Tres giros y enfilo la entrada a boxes. Sé que tengo todavía unos cuantos relevos más por delante. Sé que los voy a disfrutar. Y sé, por fin,  que esta no es mi última carrera.
  

 Hasta que el cuerpo aguante. A disfrutar. 


"ENDURANCE" sigue aquí: "Endurance: relevo final"




Relatos a la luz de una pantalla sigue aquí:
La apuesta, la Impala y la historia oculta



Relatos por MiguelXR33

1 comentario:

MiguelXR33 dijo...

Bueno, una vez publicadas las cuatro partes, unos apuntes:

-Primero, con "dorsal negro en fondo amarillo" me gustaría abrir un aparte en mis envíos, algo que sea más íntimo, más personal. No voy a esconderlo, es una burda copia del inicio, en Solo Moto 30 de mediados de los 80, del glorioso "Cinta Americana" de Dennis Noyes, mi inspiración. No creo poder conseguirlo, pero lo intentaré.

-Segundo, ni de coña soy yo el piloto... ojalá. Mi sueño siempre ha sido participar en tres carreras: las 24 Horas, la Baja Aragón y, claro, el Dakar. Y sólo en la primera he estado con posibilidades de correr... pero quedó en eso.

-Tampoco soy yo el que ha recorrido Europa y el norte de África en moto... ojalá también. Es otra cosa que tengo en asuntos pendientes, cuando solucione un problema que tengo desde hace ya demasiados años.

-Entonces, si no sé de que hablo... ¿porqué lo hago?. Bueno, no creo que todos los escritores de terror se paseen cortando cuellos por ahí para tener datos "en primera persona". Aquí lo que he intentado plasmar es las sensaciones que, creo, se pueden sentir en una prueba como esta, basándome en mi experiencia (corta y poco provechosa) en competición, en viajes en moto (algunos de 1000kms del tirón sí he hecho), de muuuchos piques domingueros, y en años y años de escuchar y leer de pilotos.

En fin, que solo pretendía distraer. Espero que lo haya logrado con uno. Por mí, suficiente.

Y si habrá continuación... es posible, es posible... aunque tendré que ponerle nombre al cuarentón. O quizá siga siendo anónimo y tú le pones el nombre...

(enviado el 23 de agosto de 2010 a las 22:21h)

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