El amor de un padre por su hijo, de un hijo por su padre... con una BMW R 50 entre ellos.
Richard Costello compró nueva su querida BMW R 50 en un lejano 1958. Era la niña de sus ojos, sólo comparable con el amor a su mujer.
En 1969 él tuvo un accidente bastante serio con la motocicleta, y le prometió a su mujer embarazada que no volvería a montar en moto hasta que el niño fuera adulto. Richard murió en febrero de 2009 sin haber vuelto a arrancar aquella R 50.
Mirando un día la BMW, su hijo Bill encontró una nota escondida... "Arregla la moto tan bien como sé que sabes hacerlo" Y aquí comenzó un proceso arduo, penoso a veces, de lograr que la oxidada y estropeada R 50 volviera a lucir todo su esplendor... como la estrenó Richard. Y con ello Bill aprendió a amar aquella boxer, como hizo su padre cincuenta años antes.
Ved las fotos. Escuchad la música. Se os encogerá el corazón.
En 1969 él tuvo un accidente bastante serio con la motocicleta, y le prometió a su mujer embarazada que no volvería a montar en moto hasta que el niño fuera adulto. Richard murió en febrero de 2009 sin haber vuelto a arrancar aquella R 50.
Mirando un día la BMW, su hijo Bill encontró una nota escondida... "Arregla la moto tan bien como sé que sabes hacerlo" Y aquí comenzó un proceso arduo, penoso a veces, de lograr que la oxidada y estropeada R 50 volviera a lucir todo su esplendor... como la estrenó Richard. Y con ello Bill aprendió a amar aquella boxer, como hizo su padre cincuenta años antes.
Ved las fotos. Escuchad la música. Se os encogerá el corazón.
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