Motor: la búsqueda del par
El propulsor de la Cromwell 1200 X es propio, de nueva factura y que busca potenciar el par motor con el que lograr una respuesta al puño llena. Se trata de un dos cilindros de 1.222 cc (98'6 x 80 mm), refrigerado por agua, SOHC y 8 válvulas. Su cigüeñal está calado a 270º para conseguir un tacto y pulso de motor en V. Si hablamos de tacto, con esa cilindrada sorprende encontrarnos con 'sólo' 83 cv/61 kW a unas bajas 6.550 rpm, pero lo mejor es su par motor de 108 Nm a apenas 3.100 rpm. Vamos, músculo a las revoluciones que abras gas. Como buen motor actual, el cambio es de seis velocidades, el embrague anti-rebote y cuenta con control de tracción además de dos modos de conducción, Eco y Sport, donde no cambia la potencia sino el tacto del acelerador electrónico. También, gracias a él, la 1200 tiene control de crucero.
Decir que toda la moto, incluido el propulsor, han sido diseñado por KSR Group (creadores de la marca Brixton) en su central de Krems en Austria, aunque en el caso del motor lo fabrica el especialista chino Gaokin y utiliza componentes europeos como pistones Mahle, válvulas de mariposa Dell'Orto o la centralita electrónica Magneti Marelli. El escape, realizado en acero inoxidable, acaba en dos bellos silenciosos 'cono-contracono' cepillados. Se anuncia un correcto consumo, para su cilindrada, de 4,6 l/100 kms.
Si el motor parece clásico pero en realidad no lo es, la parte ciclo sí se asemeja más a las motos de los años sesenta. El chasis es un doble cuna en acero al cromo-molibdeno, lo mismo que el basculante de tubo. Las suspensiones son Kayaba, con una horquilla convencional delante de 41 mm de diámetro, mientras que atrás vemos dos amortiguadores con regulación de precarga de muelle. Como la altura del asiento de ambas Cromwell, la actual y la próxima X, son las mismas declaradas (800 mm), debemos suponer que no cambian sus recorridos. Los frenos, controlados por un ABS Bosch 9.1, son de procedencia Nissin, con dos discos delanteros de 310 mmø mordidos por pinzas flotantes de dos pistones, mientras atrás tenemos un disco de 260 mmø. Al tratarse de un modelo enfocado al estilo scrambler, los neumáticos pasan de ser de unos Pirelli Phantom a unos Rally STR, aunque curiosamente las llantas de radios no cambian, siguen siendo las mismas 2,50 x 18 delante y 4,25 x 17 atrás. El peso declarado es algo alto, mucho acero y poco plástico, 235 kg con los llenos hechos.
La llave (con inmovilizador) tiene un bonito diseño que le hace parecer una navaja. |
Entonces ¿dónde están las diferencias? Pocas parecen haber, pero haylas. Aparte de algunas internas no comunicadas que podrían afectar a desarrollos, tacto de acelerador, de frenos y reglajes de suspensiones, hay otras que se ven claramente. De entrada vemos un bello y ahora totalmente plano asiento forrado en marrón. En el frontal vemos una visera sobre el faro y una rejilla protectora. En el frontal del motor, una plancha cubre-cárter y sobre él unas defensas. El manillar es más ancho y alto, y cuenta con refuerzo central. El depósito recibe un par de almohadillas. El logotipo del depósito es distinto y en las tapas laterales vemos el nombre del modelo. Y a nivel de colores, vemos un inédito y exclusivo para la X color off white (blanco roto) en el depósito y un llamativo dorado en las llantas. El negro de la horquilla, tapas laterales, guardabarros o luces también le apartan de sus hermanas de asfalto, con los neumáticos 'de tacos' poniendo la guinda final.
Opinión personal: ¿Scrambler o postureo?
En este caso, como en muchos otros, la Brixton Cromwell 1200 X de scrambler como tal, de moto de carretera vintage adaptada al campo, tiene poquito: las suspensiones son las mismas, los escapes están expuestos, las llantas tampoco cambian. Sí, hay neumáticos más adaptados, un manillar más campero y un asiento más plano, además de un conjunto breve pero siempre bienvenido de protecciones. Pero opino que no es una moto para rodar por montaña más allá de lo que harías con su hermana sin X.
¿Y eso es malo? Para mí, no. Todo lo contrario. La Brixton Cromwell 1200 'a secas' me gusta, y en vivo es muy resultona... pero no se va mucho más allá de lo que conocemos en Triumph o, en menor medida, Royal Enfield, todas con estéticas muy similares. Sin embargo, para mí, repito, esta X tiene un algo más que, por apenas 500 euros, hace que me sea más atractiva y que aguante el envite contra las Triumph. Los neumáticos los veo un poco demasiado modernos de dibujo (unos Conti TKC 80 pienso que le hubieran sentado mejor), la llanta delantera me hubiera gustado de 19" pero, aparte de eso, me chifla el asiento plano, el manillar alto y su aspecto de malota comparada con su hermana 'sin X'. Además, yo la considero más que una 'dual', una moto de B roads, de carreteras secundarias rotas y con cambios de asfalto, donde disfrutar del control de su posición erguida, del tacto y sonido de su motor y de la agilidad que le deben otorgar sus neumáticos de medidas lógicas para lo que es. Y, por supuesto, para admirar su estética que no pasará jamás de moda.
Sí, a mí personalmente sí me gusta la Brixton Cromwell 1200 X, sí me apetece hacer por probarla cuando llegue. ¿Me dejarán gozarla por las desiertas carreteras de mi querida Sierra Espadán? A ver...
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