Miré un día la fecha del carnet de conducir y me di cuenta que hace más -mucho más- de veinticinco años que aprobé el permiso importante, "el de moto", el A (en aquella época, A2). Así que me propuse dar un poco la brasa y contaros manías y anécdotas que me han ocurrido durante este tiempo. ¿Hasta cuando? No lo sé, según me vaya acordando (algo difícil con este cerebro cada día más reblandecido que tengo), según me vayan ocurriendo... o cuando digáis basta.
99- "La V". Calor, GPS, el Silencio y un cojín hinchable. 2: de soportes
Creo que estaremos de acuerdo si digo que este verano ha sido cálido, muy muy cálido... pero ello no me ha impedido dar unas vueltas, una de ellas de más de 500 kms con 300 largos de curvas ¡como debe ser!. Pero antes, iba a incluir un par de gadgets nuevos en 'la V': uno por salud personal y otro para acabar de una vez de entrar en esta parte del Siglo XXI.
El otro: un soporte para el móvil (sí, así estábamos)
Poco os voy a contar, porque seguro que tú, amigo lector, ya has pasado por esto, incluso más de una vez. En mi caso tengo la ventaja de que 'la V' tiene una gruesa barra de 22 mm de diámetro sobre el cuadro digital, por lo que en ese punto estaba en muy buena posición. Como no tengo pensado ir todo el día con el móvil ahí (realmente sólo en salidas largas a lugares que no conozca), tenía que ser fácilmente desmontable. Tampoco quería que fuera de esos tipo funda cerrada, pues con los calores que tenemos no quiero cocer en su jugo el teléfono, además que si lloviera va bien cubierto por la pantalla de la moto, aparte que muchos me han comentado que se ve mejor con mucho sol. Así que recorrí algunas tiendas de accesorios moto en mi ciudad y al final me hice con un Shad Xframe: agarra con facilidad y fuerza el móvil, se puede extraer 'la parte grande' de una forma rápida, y tiene goma y correa de sujeción. 39 euros y a casa.
El montaje dio cero problemas: sueltas la pieza que quedará fija del resto de la estructura y la sujetas a la barra. A mí personalmente me hubiera gustado que tuviera tornillo y tuerca metálicos, pero su curioso sistema de correa dentada, pieza intermedia y tuerca plástica queda muy bien anclado, le da una justa flexibilidad ante baches gordos y no se escurre.
Luego colocas la pieza que sujetará al móvil: encaras, un cuarto de vuelta y click. Listo. Sacarlo lo mismo, palanquita, cuarto de vuelta y fuera. Para sujetar el móvil tiene un sistema en X que, apretando abajo, se abre y dejas caer. Sencillo incluso con mi smartphone, que está en la talla máxima que admite. Por detrás también tiene una especie de red de goma con los que reforzar la sujeción por arriba. Y todavía más, entregan una correa para que si todo fallara el móvil siga anclado a la moto.
Mis sensaciones con el soporte, una vez que lo ajusté donde me gustaba, es que hace su función. No vibra pero sí absorbe. Se ve toda la pantalla, no toca los botones laterales y no molesta el bloqueo táctil que tengo en la parte trasera.
Navegando...
Al principio, siempre apagadito... que yo el camino para salir de mi ciudad ya lo conozco 😏 |
Quizás por ello la sensación de usar navegador no fue del todo satisfactoria. De entrada el viejo no lo tengo conectado al intercomunicador del casco, por lo que no puedo oír avisos... aunque cuando viajamos con el coche los llevo apagados porque odio que esté todo el rato 'en la siguiente rotonda tome la segunda salida', algo que ya he averiguado con un rápido vistazo al mapa de la ruta. Con avisos de emergencias (y radares) suficiente. Tampoco la visión era la que me gustaría, pues cada vez los móviles son más panorámicos... y el viejo no lo es, por lo que informa bien pero el mapa no se ve como me gustaría. Vamos, que como siempre en mí, para emergencias, el resto del rato a mirar la carretera, que es donde está la emoción.
Bueno, asiento, soporte, maletas puestas y llenas de botellas de agua para luchar contra la (alta) temperatura... ¿qué tal hacer una tiradita de 520 kms con más de 300 de comarcales?
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