10 abril, 2022

Novedades 2022. Brixton Crossfire 500 XC: scrambler moderno al estilo clásico


Desde hace unos meses se sabe que la marca Brixton lanzará una versión scrambler de su naked Crossfire 500, de la que exhibieron un render. Pues bien, no tenemos fecha, no tenemos precio, pero ya conocemos datos y el aspecto final real. Así será la Brixton Crossfire 500 XC:



Base conocida
La nueva Brixton Crossfire 500 XC está -muy- directamente basada en la gama Crossfire 500, en concreto de su segunda variante, la 500 'X'. Por ello muchos de sus aspectos técnicos son idénticos: motor bicilíndrico de 486 cc, DOHC, ocho válvulas y refrigerado por agua, que rinde 47 cv a 8.500 rpm y un par motor de 47 Nm a 6.750 rpm. El escape es un dos-en-uno, con un silencioso final con una bella forma de megáfono. 

El bastidor es el mismo, un sencillo tubular en acero, con subchasis atornillado, y un bello basculante multitubular. También similar a sus hermanas es el equipo de frenos, firmado por la empresa española JJuan, con un disco delantero de 320 mmø mordido por una pinza de anclaje radial, y de un disco de 240 mmø mordido por pinza monopistón. Estarán controlados por un ABS Bosch. Similares también son el alargado depósito de 13'5 litros con la X dando forma a sus laterales, las mismas tapas laterales y el asiento y el conjunto luz posterior-intermitentes-portamatrículas de la variante 500 X.


Diferencias enfocadas a la montaña... pero lo justo
Ahora pasemos a las diferencias. De entrada lo más llamativo es la nueva llanta delantera de 19", de radios y tubeless como toda la gama Crossfire 500. Ambas neumáticos, ahora unos más trail Tourance suministrados por Metzeler (Pirelli en las versiones de asfalto), son un poco más estrechos: 110/80-19 delante y 150/60-17 atrás (120/70-17 y 160/60-17 en las asfalto). 

Las suspensiones KYB son muy parecidas, una horquilla invertida de 41 mmø delante con reglaje de compresión y un amortiguador accionado por bieletas con reglaje de precarga de muelle y extensión. Lo que cambia en ellas son los recorridos, aunque sin excesos: de los 120/120 mm de las versiones de carretera, ahora suben a 150 mm delante y 130 mm atrás. No es mucho, la verdad, para atacar pistas con voluntad, paciencia y poco más, pero ahí están para ofrecer 'ese plus' en caminos rotos. Para evitar daños equipa un sencillo cubre-cárter (nunca mejor dicho) y unas defensas laterales.


Estética con toques personales
Como comento, la moto es prácticamente igual a las otras Crossfire 500, por lo que mantiene su estética fundamental, enfocada ante todo en el original depósito. Pero, como es lógico, la XC tiene toques diferenciadores con las otras dos. 

Empezando por delante, tenemos un faro similar (con los puntos cardinales en su borde como originalidad en la gama Crossfire) que está ahora protegido por una sencilla pero bella parrilla y rematada por encima con un pequeño deflector-portanúmeros. El manillar es más ancho y alto, lo lógico en una scrambler. Bajo ellos vemos un muy recortado guardabarros alto, más propio de una Supermoto. 

En los laterales vemos unos discretos portanúmeros y un asiento que, pese a parecerse al largo y plano de la 500 X, parece tener otras formas y un poco más de mullido. También equipa la clásica asa de material sintético para el pasajero. El mullido, más los cambios en llantas, perfiles de neumático y recorridos de suspensión, suben el asiento de los 795 mm de las versiones de asfalto a los 839 mm en la XC.



La Brixton Crossfire 500 XC se ofrecerá, por ahora, en un solo color para depósito y adhesivos, el Desert Gold matt, acompañando a el resto de piezas en negro satinado. Todavía no se sabe fecha de llegada ni precio.

















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