Lo primero: ¿Qué considera la administración "vehículo híbrido"?
Antes que nada pongámonos no a lo que yo opine, sino lo que dice nuestro gobierno... que difiere de lo que piensan otros países europeos. Lo que consideran como "vehículo eléctrico híbrido" (fijaos que incluyen lo de "eléctrico") es esto:
«vehículo eléctrico híbrido»: vehículo híbrido que utiliza, para su propulsión mecánica, energía procedente de dos sistemas instalados en el propio vehículo, a saber:
-un carburante
-un dispositivo de almacenamiento de energía eléctrica (por ejemplo, una batería eléctrica, un condensador, volantes de inercia/generadores, etc.)
Como podéis ver, lo que te dicen es que tiene que tener dos tipos distintos de energía almacenada, una eléctrica y otra de tipo carburante. Por lo tanto a los vehículos que gastan dos tipos distintos de carburante (gasolina y gas) no se les puede considerar "híbridos" al no llevar dos motores de diferente tipo. Aun así, como muchas marcas de coches (que es en los que voy a centrarme) "nos la cuelan" llamándolos híbridos, pues los pondremos. Voy a intentar ordenarlos "de mayor a menor gasto de combustible carburante", con los vehículos movidos con motores de combustión fuera de la tabla y por arriba, y los totalmente eléctricos abajo:
Tipos de coches híbridos
-Bifuel. Tal como comento arriba, realmente no deberían llamarse híbridos al no tener dos tipos distintos de motor. Su planteamiento es utilizar un motor de ciclo Otto (gasolina) o derivado que se puede alimentar indistintamente con gasolina o con gas. Dicho gas puede ser GLP (gas licuado del petroleo) o GNC (gas natural comprimido). Lo bueno del gas es que contamina mucho menos y que su precio, por ahora, es mucho más barato que el de la gasolina, por lo que te puede costar el mismo recorrido la mitad o menos... y con mucha menos polución. Los problemas del gas son varios: Tiene que ir en un depósito distinto, que ocupa un volumen a restar al maletero (normalmente se elimina la rueda de recambio) y que debe ser bastante robusto -y pesado- al llevar gas a presión. Autonomía en gas escasa -que el grupo VAG está combatiendo con depósitos más grandes a costa del de gasolina-. Tiempo de carga, más alto que llenar el depósito de gasolina al tener que inyectar el gas. Y disponibilidad, que aunque está aumentando sigue siendo breve el número de "gasineras" existentes en España. También se habla de menor rendimiento en modo gas, algo relativamente incómodo en los vehículos que no puedes
elegir entre consumir gas o gasolina a golpe de tecla. En España llevan etiqueta ECO.
-Microhíbrido o mild-hybrid. Un nombre que se está escuchando mucho, y más que sonará, pues es un sistema fácil y relativamente barato para que los fabricantes puedan bajar sus consumos y emisiones, y con ello poder pasar normas anticontaminación actuales y futuras a corto plazo. La idea es instalar una batería de 1 kWh funcionando a 48v, que se alimenta de un alternador más grande de lo habitual y que puede girar en los dos sentidos: en uno carga la batería, en el otro proporciona empuje (sobre los 10kW, unos 13cv) para arrancar el motor de combustible y también para ayudarlo en momentos puntuales de alto consumo como pueden ser las salidas o los adelantamientos. Lo bueno es que se pueden instalar con relativa facilidad sin modificar en exceso las lineas de fabricación, son sistemas relativamente baratos (batería de litio sin mucha capacidad, aislante eléctrico mínimo al no llevar alta tensión, sustituye a otras piezas como motor de arranque, alternador o batería) y su ayuda puede bajar los consumos y emisiones entre un 10 y 20%. Lo malo es que encarece -aunque no en exceso-, y que el motor eléctrico no puede impulsar al vehículo con el motor de combustión apagado, por lo que no puede conseguir un "consumo cero" circulando. En España llevan etiqueta ECO.
-Híbrido en paralelo. Es un caso parecido al anterior, pero aquí sí posee un motor eléctrico como tal, intercalado entre el motor de combustión y la caja de cambios. Dicho eléctrico aporta empuje ayudando al motor de combustión, diferenciándose con el mild-hybrid en la potencia del eléctrico y en la instalación eléctrica más sofisticada. Lo bueno es que el consumo baja más al tener más aporte eléctrico, lo negativo es que el producto es más caro y, sobre todo, que el motor de combustión no puede hacer funciones de generador a régimen estático. En España llevan etiqueta ECO.
-Híbrido serie-paralelo. Aquí es donde entran los híbridos más famosos, los de Toyota, con el Prius a la cabeza. En este caso los dos motores no están directamente conectados, por lo que dependiendo de la solicitud del conductor y el estado de carga de las baterías puede impulsar un motor, otro, o ambos. Por lo tanto con estos sí se puede rodar en modo EV (totalmente eléctrico), con el térmico (en momentos de alta solicitud o baja carga de batería) o los dos. También tiene la ventaja que el motor de combustión puede situarse en un régimen estático de bajo consumo realizando funciones de generador de corriente con un gasto -y emisiones- mínimos. Las ventajas de estos vehículos es la economía de gasolina (sobre todo en ciudad, el lugar donde más ahorro aportan), la facilidad de conducción (están asociados a un cambio automático) y que pueden circular en forma eléctrica. Además, al llevar motores de gasolina pueden ser equipados con kits de gas (normalmente GLP) que hacen todavía más económico desplazarse con ellos. El problema es el precio, muy alto debido a su tecnología y precio de baterías. Además su autonomía eléctrica es muy breve (entre tres y cinco kms) debido a la poca capacidad de sus baterías (por debajo de los 3 kWh), por lo que sus ventajas se quedan prácticamente en la ciudad. En España llevan etiqueta ECO.
-Híbrido enchufable o PHEV. Estamos en el caso anterior, pero esta vez las baterías son de mayor capacidad (entre 7 y 15 kWh), por lo que ahora sí vale la pena instalar un sistema de recarga por enchufe. Con ello el rango de utilización en modo EV aumenta de forma considerable, pudiéndose dar el caso de no necesitar arrancar el motor de gasolina durante trayectos cortos y medios (entre 20 y 60kms dependiendo de la capacidad de las baterías). Lo bueno es el ahorro económico, si puedes hacer uso de puntos de recarga, porque entonces lo puedes utilizar como un vehículo 100% eléctrico. Además tienes la autonomía que te da el motor de combustión en caso de agotar las baterías. Lo malo es el mayor precio, debido sobre todo a la mayor capacidad de las baterías. En España si tiene una autonomía menor a 40kms llevan etiqueta ECO, si lo superan pueden lucir etiqueta 0 emisiones.
-Eléctricos de rango extendido o en linea. Aquí lo que tenemos es, explicado de una forma simple, un coche eléctrico que dispone de un pequeño generador de corriente alimentado por gasolina o gas. El funcionamiento siempre es eléctrico, haciendo uso del generador en caso de necesitar alimentar las baterías sin disponer de puntos de carga eléctrica o incluso en marcha, ampliando su autonomía en viaje. Lo bueno es que dispone de todas las ventajas de un coche eléctrico, por lo que mientras lo enchufes tendrás en su economía su principal aliado. Mejor todavía, al disponer de un generador propio la autonomía crece en viaje (si lo llevas encendido durante el trayecto) y te quitas el miedo a quedarte tirado si no encuentras un punto de carga. Lo malo es que encarece todavía más el precio del coche eléctrico y que, aunque el generador funcione en régimen estático en su punto de mayor rendimiento prestaciones-consumo, a la hora de la verdad estás consumiendo y contaminando. En españa llevan etiqueta 0 emisiones.
¿Y de todos estos hay motos?
No, no, no me he olvidado que esto es un blog de motos. Una vez explicado cuales son los distintos tipos de coches híbridos, toca comparar con las motos... y ya os digo que va a resultar escaso. Si recodáis los que nos leéis con asiduidad recordaréis que en septiembre de 2017 inicié un especial llamado "Los muchos motores-moto", donde no sólo escribí sobre motores de dos tiempos, de cuatro, diésel y comprimidos, también de eléctricos. Y de estos hice nada menos que cuatro capítulos donde enseñé hasta donde se había llegado en el mundo-moto. Pues bien, tenemos esto:
-Microhíbrido. Por ahora en estado de prototipo tenemos dos propuestas: el Honda PCX 125 Hybrid y el TVS Zeppelin 220 E-Boost. En ambos, como he explicado antes, se aumenta el rendimiento y se reduce el consumo a base de añadir un alternador que también aporta empuje de modo puntual en momentos de mayor consumo de gasolina. A la espera de que salgan al mercado, creo que lo veremos más pronto o más tarde, sobre todo en motores grandes con problemas para pasar las futuras Euro5-moto, más restrictivas.
-Híbrido serie-paralelo. Sí hubo uno, el Piaggio Mp3 Hybrid en dos cilindradas, 125 y 300cc. Estos, como buenos serie-paralelo, podían funcionar tanto en modo gasolina como en eléctrico, o ambos. Se hablaba muy bien de su bajísimo consumo (sobre los 2 litros/100kms), de su posibilidad "cero emisiones" (importante en algunas ciudades cerradas al tráfico de vehículos de combustión) y de su aceleración. Lo malo ya lo podéis imaginar: complejidad mecánica, ausencia de hueco para casco que sí tenía el modelo convencional, aumento cosiderable de peso (más de 35kg) y, sobre todo, el incremento notable en el precio, que iba de un 38% en el 300 a un ¡68% más! el 125. Por ello apenas estuvieron en producción un par de años. Adelantados a su tiempo...
Por ahora se sabe de unas patentes de BMW para incluir motores eléctricos en las ruedas que hibridicen sus modelos... pero hasta ahí.
-Híbrido de rango extendido. Otra promesa que, por ahora, no existe. Lo ha prometido otra vez el Grupo Piaggio, pues en la presentación de su por fin en la calle Vespa Elettrica dijeron que también habría una versión equipada con generador de corriente, la Elettrica X. Por ahora no se sabe nada más de ella...
Aquí está lo que, por ahora, se sale de la moto eléctrica convencional. Como podéis ver el mundo del automóvil en esto nos gana (lógico con la cantidad de dinero que mueven), pero nosotros, por ahora, tenemos algo que ellos no pueden: las baterías extraibles. Con ello podemos llenarlas en un punto de carga, sacarlas y cargarlas en casa o en el trabajo o, esperemos que se convierta en un standard mundial, cambiar las descargadas por otras llenas en electrolineras. El futuro es eléctrico amigos...
Fuente: Autofácil y Motorpasión
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