29 septiembre, 2011

Voromv moto. CON EL "A DE PLATA" EN EL BOLSILLO. 15- Si tienes equipamiento... ¡te lo pones! (uno: la ropa)

Miré un día la fecha del carnet de conducir, y me di cuenta que hace más de veinticinco años que aprobé el permiso importante, "el de moto", el A (en aquella época, A2). Así que me he propuesto daros un poco la brasa y contaros manías y anécdotas que me han ocurrido durante este tiempo. ¿Hasta cuando?... no lo sé, según me vaya acordando (algo difícil con este cerebro cada día más reblandecido que tengo)... o cuando digáis basta.

15- Si tienes equipamiento... ¡te lo pones! (uno: la ropa)
La diferencia que hay entre estas dos fotografías es muy simple: entre medias hay una caída.


Lo cierto es que me caí por “sobrao”. Me pidieron que ayudara en una prueba infantil de ciclismo y yo, que he colaborado en la Vuelta a la Comunidad Valenciana o en el Campeonato de España, en apenas unas ocho o diez vueltas ya iba aburridísimo. Así que empecé a hacer el tonto, a girarme a ver por donde iban... y en una de estas toqué con un bordillo y di con mis huesos en una rasposa acera con carril bici rugoso y pintado de rojo. Lo único bueno fue que, pese al terrible calor de agosto, yo llevaba “el equipo completo”: casco integral (abatible, pero bien cerrado), chaqueta y pantalón de verano (tejido agujereado, pero con protecciones), guantes y botas. El casco, guantes y botas se llevaron un buen rascón, el pantalón quedó desgarrado por dos sitios y la chaqueta nada, apenas un poco sucia. El resultado para mi cuerpo, apenas un golpe en el hombro y un pelado en la rodilla. Como podéis imaginar, el resultado para mi orgullo fue mucho peor...

Solo viendo el pantalón, me da miedo imaginar si caigo en ese “rallador rojo” en pantalones cortos y camiseta sin mangas... como iba otro de los colaboradores. Y es que tal como dice mi buen amigo ManoloMk10 (y que ya he repetido alguna vez) “si tienes equipamiento, te lo pones”. Una verdad evidente, pero que viendo los domingos como muchísimos motoristas van en vaqueros (eso sí, con chaqueta de cuero y botas de competi), con cascos abiertos o con el abatible levantado, e incluso más de uno en una veraniega manga corta “porque hace mucho calor”, se entiende que hay muchos, muchísimos motoristas que no acaban de entender.


Aquí otro ejemplo, a ver si se coge la idea: también verano, tenía la XR 600 y no tenía el equipo “agujereado”... me lo compré después de esto. Iba todos los días a trabajar a Valencia desde el camping, unos 40kms de los cuales más de treinta son de autovía. Bueno, pues si trabajaba por la mañana (de 7 a 15) aun me ponía el mono de cuero, porque con el fresquito no me daba pereza. Pero si trabajaba por la tarde (14 a 22) …uffff... solo pensar en ponérmelo con 35 ó 40º -o más- me ponía malo. Así que comencé a ir en pantalones y camiseta de manga corta, zapatillas deportivas, guantes y casco. Y nada más.

Bueno, pues estaba de vuelta a las diez de la noche. Salgo por fin de la aburrida autovía, un poco de carretera, atravieso el pueblo y ya cojo el desvío hacia el cámping. Ese camino, como me lo conozco, lo hago siempre “a ritmo” pero con la miserable luz que daba la bombilla convencional 35/35W de la XR sin batería... pues como que me lo tomaba con un poco más de calma. Aun así, alcancé a un coche un poco antes de la última curva antes del desvío, una rara subida hacia la izquierda, que tiene delante un algarrobo que demuestra que muchos coches no la han trazado por donde debían. Raro en mi, me corté y no adelanté al coche “por una curva que falta no me la juego”. Apenas noté nada raro, pero unos 150m más adelante estaba el desvío al camping, una lenta (2ª) de derechas a 90º en fuerte subida. Entré... y se fue de delante sin misericordia. Yo con la XR me encontraba muy cómodo sacando el pie, incluso en asfalto, desde el primer día, por lo que pegué “zapatillazo” y salvé la caída. Pero claro, la curva estaba sin tomar, así que forcé la dirección... y la moto se me escurrió de las manos, pegando un buen costalazo. ¿El motivo? Simple: había pinchado de delante. ¿El resultado? Tobillo, rodilla, codo y hombro izquierdos quemados por la abrasión con el asfalto... que por suerte ahí está bastante lisito.


Todo eso fue tres días antes de empezar las vacaciones. Estuve dos largas semanas con curas, sin poder ir a la piscina, sin poder pasear por la montaña... y aguantando la mirada de todos y los comentarios de muchos del tipo “es que las motos son muy peligrosas”. Sí, lo son. Pero nosotros lo sabemos. O deberíamos saberlo... ¿no?




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