53- Treinta años de aquellas bellas 24 Horas de Montjuïc
Entre el 25 y 26 de Octubre de 1986, se corrieron las que no sabíamos iban a ser las últimas 24 Horas de Montjuïc... y tuve la suerte de ser uno de los que las disfrutó como espectador.
La verdad es que fue una de esas típicas actuaciones valencianas, el "pensat i fet" (pensado y hecho). Trabajaba de mensajero en Valencia y allí conocí a Paco. Había corrido en Resistencia Vespa, entendía de mecánica, tenía contactos en un taller importante de la ciudad (donde pude ver en directo una de las primeras Honda RS 250 de GP... aquella que era más bien una moto de calle aligerada que una verdadera moto de carreras) y me propuso ir a ver las 24 Horas en Barcelona. Por supuesto dije sí y, junto su amigo "el huevero" nos fuimos para allá.
Lo divertido fue el viaje sobre todo. Con un Citröen "Dos Caballos" hay que tomárselo con calma, pero es que además el depósito tenía un agujero y no le cabían más de 500 pesetas de gasolina, calculo que serían unos seis o siete litros... vamos, a parar cada 100 kms. Con ese ritmo aprovechamos a la ida para visitar un karting muy bonito... que no recuerdo a qué altura del viaje estaba, la verdad.
Garriga, Grau, Cardús... grandes pilotos para una gran carrera |
Total, que pude ver una auténtica salida "a lo 24 Horas", con los pilotos a un lado de la recta y las motos, paradas, al otro. Verlos salir corriendo hacia sus máquinas, subir, arrancar y salir disparados fue magnífico, algo que no dudamos Voro y yo en imitar cuando organizamos las primeras carreras de las Vespino Series (tres horas de resistencia). Luego... pues lo de siempre, deambular por el circuito, ver las zonas míticas (bellísimo Pérgola-contraPérgola) y disfrutar de la grandísima variedad de motos, desde dos tiempos de dos y cuatro cilindros -derivadas de Yamaha RD 350 y aquellas 500 "GP réplica"- hasta todas las cuatro tiempos del mercado, de apenas 500cc a las grandes FJ 1200. Pero por muy bien que sonaran algunas, yo tenía oídos para dos: las Honda VF 750, con su sonido ronco, muy distinto al de las demás cuatro cilindros en linea y, sobre todo, la Ducati-Cagiva F1 oficial de los nombrados Garriga-Grau-Cardús, al final ganadores.
La noche la disfrutamos un poco por la ciudad (lo siento para el que se pueda ofender... pero en aquella época la fiesta nocturna en Valencia era mejor) y a dormitar un poco en el coche... ya os podéis imaginar lo "cómodo" del lugar. Luego más circuito, la llegada, salir y el tedioso viaje de vuelta. Desde luego que me quedé con ganas de más, de mucho más, de ir al año siguiente, a mi ritmo, a intentar bucear más en el ambiente... pero llegué tarde. Una organización carísima en infraestructura, un precio muy alto de los pilotos y equipos buenos, la peligrosidad del circuito urbano que se llevó la vida de Domingo Parés... una hermosa locura que con motos de más de 130cv de la época era inviable. Los que pudimos lo disfrutamos, pero ojalá hubiera habido alguna fórmula para continuarla.
"A de plata" sigue aquí:
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